Con esta edición de TURISTAMPA iniciamos nuestro año 43 de servir a la industria turística mexicana. No podemos decir que “parece que fue ayer” cuando iniciamos actividades porque sí se siente el paso del tiempo y el paso de tantas cosas que desde finales de los años sesentas hasta la actualidad han moldeado por un lado y deformado por otra, a nuestra querida industria turística. Desde un punto de vista, a pesar de los muchos avances tecnológicos que de una forma u otra facilitan las transacciones turísticas y permiten que los viajeros hagan un “previaje” al revisar información e imágenes en la red de Internet o por otros medios, podemos decir que la venta del producto turístico ha perdido algo, o mucho, de ese toque personal que era y realmente sigue siendo tan importante aunque a veces no nos demos cuenta. Por otro lado, la paradoja de la tecnología es que, en un sentido muy real, los canales electrónicos no han reducido los pasos para adquirir un producto sino de hecho los han aumentado.
Lasdeclaraciones que hizo el presidente de México durante la celebración del Día Mundial de Turismo (evento que se realizó en Mazatlán buscando aplacar un poco la molestia de esa ciudad y el estado de Sinaloa por no haber sido elegidos para la celebración del Tianguis de Acapulco durante los próximos tres años) es una muestra clara de dos cosas: 1. Felipe Calderón entiende muy poco de aviación comercial y turismo. 2. Aparentemente los funcionarios de Sectur y Comunicaciones y Transportes están igualmente desinformados o no se atreven a contradecir al presidente. Las bien intencionadas, aunque utópicas declaración de Calderón, incluyeron las siguientes:
Por supuesto que toda situación en que seres humanos pierden la vida es de lamentarse, pero no hay duda de que hay situaciones que no únicamente causan consternación, sino que por su dramatismo o crueldad dejan una huella más profunda que otras. Recientemente ocurrió lo que desgraciadamente muchos temíamos, que en uno de los casinos aprobados al vapor en los últimos dos sexenios, alguién decidiera llevar a cabo un acto que afectara la vida de personas que se vieran atrapadas en medio de una batalla, no terrorista, pero sí gangsteril.
El caso de Mexicana de Aviación es un ejemplo claro del doble discurso que ha caracterizado al gobierno de Calderón en tantas cosas: Por un lado, el gobierno se lava las manos de los problemas de la aerolínea y dice que ésta debe recuperarse exclusivamente con dinero de inversionistas privados, pero por otro lado, con sus acciones que parecen erradas a propósito, se ha erigido a sí mismo como el principal obstáculo y obstaculizador de cualquier acción que pudiera salvar a la aerolínea. Mexicana de Aviación no está muerta todavía, pero lleva ya más de un año en estado de coma y el gobierno mexicano, en su carácter de tutor indiferente, o de malvada madrastra, ni le desconecta la vida artificial ni le permite recibir el tratamiento necesario para recuperarse. Parece que para lavarse las manos, el gobierno ha decidido que Mexicana termine el sexenio en estado vegetativo.
