Dentro de muy pocos días muchos mexicanos, probablemente más que nunca antes, acudiremos a las urnas para votar a quien será el próximo presidente de México. Gente de la tercera edad, adultos maduros y muchos jóvenes, votarán por quien ellos consideran que será la mejor opción (o la menos mala según otros) para gobernar a nuestro país los próximos seis años.
En el X Foro Nacional de Turismo Riviera Maya se juntaron (pienso que por primera vez en la historia, lo cual es muy meritorio y un gran éxito de los organizadores del evento) los tres principales candidatos a la Presidencia de la República para hablar de lo que ellos harán con el turismo si llegan a la presidencia. López Obrador, probablemente después de una reunión relámpago para aprender de turismo con sus asesores (similar a la que los niños de primaria tienen cuando estudian 10 minutos antes del exámen final para aprender lo que no aprendieron todo el año) propuso la construcción de un tren de alta velocidad para hacer más facil la transportación de los turistas en la zona maya... (cuál sería el costo, el impacto ambiental y el verdadero beneficio de ese tren seguramente nunca se explicará...)
Aquellos que tomamos el periodismo turístico con toda seriedad, a veces nos preguntamos qué tipo de reunión tienen los funcionarios de Sectur con su equipo de prensa para decidir publicar los boletines de prensa que publican. Cuando uno lee los boletines se da cuenta inmediatamente que la ignorancia dentro del sector es por partida doble: aparentemente hay funcionarios con muy poco entendimiento de la actividad y los encargados de escribir los boletines tampoco tienen un conocimiento muy profundo de la misma. El resultado final es, generalmente, boletines de prensa que muchas veces contienen excusas estúpidas para tratar de tapar el sol con un dedo.
El turismo, no solamente en México sino en muchos otros países del mundo también, es una de esas actividades que a pesar de su importancia económica y social carece de peso político. Cada vez que hay elecciones, el candidato ganador otorga las principales preseas políticas (gobernación, economía, etc) a sus más cercanos colaboradores y carteras como turismo son premios de consolación para aquellos colaboradores que a pesar de ser fieles no tienen la altura o el peso para estar en el círculo más cercano al candidato triunfador.
