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Sun Valley es el resultado de una de las campañas de relaciones públicas más eficaces que se hayan realizado jamás. El esquí de hace 75 años no era muy distinto de lo que había sido seis mil años atrás (unos petroglifos de Noruega describen  lo que deben haber sido hombres de las cavernas sobre esquíes). En América la gente consideraba el esquiar como uno de esos exóticos deportes olímpicos del tipo del decatlón. El objetivo de Sun Valley era poner sobre esquíes a las masas (o al menos a las masas que pudieran costearse vacaciones invernales). Sin duda como resultado, el telesilla fue inventado en Sun Valley. Y el resto es historia. Sun Valley seguirá siendo quizás el más exclusivo de todos los restorts de esquí.
Exclusivo, porque es relativamente difícil llegar a él. Quienes van allá llegan en avión. Es fácil manejar desde Denver a Vail o desde Salt Lake City a Park City pero Sun Valley está demasiado lejos para ir por carretera desde casi cualquier parte. Por aerolínea comercial, el tiempo de vuelo desde la ciudad de México es por lo menos de diez horas. Añádase a eso la obligación de llegar temprano al aeropuerto, el tiempo gastado en esperar conexiones y las interminables demoras migratorias del “visite los EEUU”, lo cual puede generar  un largo día. Por supuesto, la gente de moda llega volando en sus propios jets. Por eso  Sun Valley es tan exclusivo.
La exclusividad ayuda a que Sun Valley se mantenga elegante. Aunque los alojamientos tienen precios razonables, Sun Valley no es un destino barato. Está al borde de Ketchum, vieja ciudad minera atiborrada hoy de elegantes tiendas y almacenes, un Beverly Hills en las Montañas Rocallosas.
En cuanto a ser el mejor destino de esquí, eso se debe a que se fabrica su propia nieve. Sun Valley tiene el más amplio equipo de fabricación de nieve de todos los destinos de esquí. Ese es el resultado de tener demasiados días hermosos. La nieve caída del cielo está apilada en todas partes y a veces está varios metros por debajo de las pistas. Pero los esquiadores desean un renovado espolvoreo de nieve, y lo consiguen cada noche. No hay parches desnudos ni traicioneras rascaduras de hielo contra las que se deba batallar. Esta consistencia de la nieve, según dicen ciertos peritos, no se puede igualar en ningún otro sitio. La gente de Utah alega que su nieve natural es más seca y esponjosa, pero el tiempo de espera para abordar un telesilla en Sun Valley es definitivamente menor.
Ahora, Sun Valley pretende ahora atraer a los practicantes de snowboard tanto como a los esquiadores nórdicos y alpinos. Tienen recorridos en trineo o trineos de perros (muy diferente) y pistas para hacer senderismo con zapatos para la nieve. Aun aquellos que no esquían no deberán aburrirse jamás.
En los últimos años, Sun Valley ha estado mirando al futuro. Han sido renovados Tanto el Lodge como  su hotel hermano, el Sun Valley Inn. En el Bald Mountain, la mayor de dos áreas de esquí de Sun Valley, hay 645  hectá­reas de nieve artificial y una góndola (o teleférico) llamado el Roundhouse, que fue abierto recientemente. Han elevado la calidad de un día esquiando. En Dollar Mountain esta temporada, tiene toda una serie de pistas nuevas.


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