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Después del terremoto que sacudió al hermano país sudamericano, Chile se encuentra listo para recibir a los turistas internacionales.

Con una geografía caprichosa extremadamente larga y angosta a la vez, Chile es un país interesante, o mejor dicho, muy interesante para visitar. El viajero internacional se siente bienvenido desde su llegada, la amabilidad de sus habitantes es notoria, siempre con una sonrisa en los labios.

 


 

Se ubica al suroeste de América del Sur, extendiéndose entre la Cordillera de los Andes y el Océano Pacífico. En sus más de 4,200 kilómetros de largo, sus paisajes y su clima varían en forma dramática, pues mientras que en el extremo norte se encuentra el desierto más árido del planeta, hacia el centro de su territorio cuenta con un agradable clima mediterráneo, el paisaje se transforma en tierras fértiles, hermosos balnearios en su costa y centros de esquí en la cordillera, y al sur nace una zona de lagos, bosques y volcanes hasta llegar, en el extremo austral, a los imponentes hielos glaciares de la Patagonia y la Antártica. Chile cuenta también con algunas islas: Robinson Crusoe, única por su fauna y vegetación; Chiloé mística y folclórica, e Isla de Pascua o Rapa Nui, con sus tesoros arqueológicos.

Podríamos iniciar este reportaje escribiendo sobre Santiago, la capital, pero ya que se trata de un país tan largo, es mejor comenzar por el principio, es decir, por el norte. Antiguamente, estuvo habitado por tres pueblos: los Aymara, los Atacameños y los Changos. Hoy en día, diversos museos como el Padre Le Paige, en San Pedro de Atacama, o San Miguel, en Azapa, conservan vestigios de estas culturas precolombinas.

Aquí hay paisajes áridos y solitarios. En el valle se encuentra la región más seca del mundo, el Desierto de Atacama, en el que, por increíble que parezca, nacen flores durante la primavera (septiembre y octubre) gracias a las pocas lluvias del invierno. Al subir hacia la cordillera, la tierra se vuelve un tanto húmeda y surge el altiplano, una gran planicie ubicada a 4,500 metros de altura; ahí hay volcanes, termas y géisers, así como lagunas de colores intensos. Las principales ciudades de la zona norte son Arica –casi en la frontera con Perú- Iquique, Antofagasta –ambas con una excelente infraestructura hotelera, animada vida nocturna y gran oferta comercial- Copiapó y Vallenar.

Diversos son los atractivos y las actividades que el visitante puede realizar durante su viaje al norte chileno. Como Lauca, con su paisaje místico en el altiplano, por ahí se encuentra el pueblo de Parinacota, junto al volcán del mismo nombre. La Reserva Nacional Los Flamencos protege paisajes únicos del desierto, como la Cordillera de la Sal y el Salar de Atacama.

Al pasar por el Altiplano, se pueden ver alpacas, llamas, vicuñas y guanacos, al igual que ñandúes, gansos andinos y tres especies de flamencos.

La gran actividad volcánica existente en la Cordillera de los Andes hace que se produzcan aguas termales, Un sitio muy interesante y que puede conocerse en bicicleta o vehículos motorizados es el Valle de la Luna, dichas excursiones se organizan desde San Pedro de Atacama, ubicado en pleno desierto.

El montañismo también es una actividad interesante en el norte chileno, con su gama de volcanes de más de 6,000 metros de altura.

Algunos de los mejores observatorios del mundo se encuentran en esta región, debido a que existe la mayor claridad atmosférica del hemisferio.

Después viene la zona centro del país, con sus costas y sus montañas…ah! Y con Santiago, ciudad capital en donde vive poco más de la mitad de la población chilena, de hecho, gracias a la generosidad de su tierra, el centro es la región en donde se concentra más del 75 por ciento de la población total del país.

Desde La Serena hasta Los Angeles, los atractivos de la zona son variados, pues van desde la cordillera nevada de Los Andes, a tranquilos balnearios e islas pasando por verdes valles. En Santiago el visitante puede darse vuelo disfrutando de una ciudad cosmopolita de hermosa arquitectura, con bellas plazas, jardines y una animada vida nocturna en donde además hay una oferta restaurantera y hotelera de primer nivel. La ciudad cuenta con museos y galerías, así como con grandes centros comerciales. En sus alrededores hay diversos atractivos, su cercanía con la cordillera la hace el punto ideal desde el cual se puede uno desplazar a los centros de esquí, como Valle Nevado, que cuenta con una buena infraestructura hotelera e instalaciones de gran calidad para la práctica del esquí y queda a sólo una hora de Santiago. Otros sitios para esquiar un poco más distantes son Termas de Chillan y Portillo. La cordillera ofrece asimismo, ríos aptos para el rafting.

Al bajar al valle, las fértiles tierras y el clima mediterráneo dan origen a los viñedos donde se produce el famoso vino chileno, en valles como Colchagua, Maule, Casablanca, Aconcagua y Maipo, además de nacer el vino aquí, es donde se aprecia la cultura del huaso, hombre de campo que conserva el folclore nacional. En la costa, a 120 kilómetros de Santiago, se encuentran los balnearios turísticos mundialmente conocidos de Viña del Mar y Valparaíso.

A esta altura del país, pero mar adentro, están las Islas de Pascua y Robinson Crusoe. La primera de ellas, famosa por sus moais, ídolos de piedra de hasta seis metros de altura. Isla de Pascua es llamada “el ombligo del mundo”. La Isla Robinson Crusoe, resulta muy interesante debido a su variada flora y fauna propias del lugar y que no pueden encontrarse en ninguna otra parte.

Al sur del río Biobío la humedad aumenta, la temperatura comienza a bajar y la vegetación se hace cada vez más densa. Es el sur de Chile, la región de ríos, volcanes y lagos, a cuyas orillas han sido edificadas ciudades como Puerto Varas, Frutillar, Llanquihue, Villarrica y Pucón. La Isla de Chiloé, ubicada frente a Puerto Montt, posee un folclore único, con artesanías en madera, tejidos de lana de oveja y un ambiente místico.

En un lugar con tan abundante vegetación no podía faltar la existencia de Parques Nacionales, entre los que mencionamos a Puyehue, Conguillío y Alerce Andino. Debido al terreno de esta región, es fácil encontrar opciones para el deporte de aventura, ya sea recorriendo sus ríos en kayak o realizando paseos en bicicleta de montaña por sus bosques, sin olvidarse de una buena jornada de pesca. Un atractivo paseo es el circuito que combina navegación por lagos y volcanes hasta la ciudad argentina de Bariloche.

Estas son las tierras originarias del pueblo Mapuche, la etnia precolombina que durante 300 años se resistió a la conquista española. Aún es posible admirar sus costumbres y artesanías, y visitar los fuertes españoles cerca de Valdivia. En las ciudades que rodean el lago Llanquihue, es visible la influencia alemana tanto en la arquitectura y la gastronomía, resultado de los grupos de colonos que llegaron a la zona en algún momento de la historia.

Más al sur de Chile existe otra región, se trata de la Patagonia, es el sur del mundo descubierto por el navegante portugués Hernando de Magallanes en 1520 y abriendo el único paso que existió por siglos entre Europa y las costas del océano Pacífico: el Estrecho de Magallanes.

La Patagonia es una zona casi despoblada. En su parte norte se extiende la carretera Austral que invade bosques vírgenes, glaciares, ríos, ventisqueros y canales. Hacia el sur comienza la pampa a ambos lados de la cordillera andina. Cerca de la ciudad de Puerto Natales se levantan majestuosas las Torres del Paine. Destacan el Parque Nacional Cabo de Hornos y Puerto Williams, el poblado más austral del continente americano. En la ribera norte se encuentra Punta Arenas, principal punto de partida de cruceros o vuelos hacia Tierra del Fuego. Desde Punta Arenas se puede iniciar el fascinante viaje a la Antártica, principal reserva de agua dulce del mundo, con hielos de hasta 3,000 metros de profundidad y un interesante ecosistema marino integrado por focas Wedell, elefantes marinos, siete especies de pingüinos, ballenas azules, orcas y aves marinas. Quien visita la Antártica, realiza una experiencia de vida, no hay nada igual en todo el planeta. Se trata de un paisaje conmovedor en donde el azul del cielo se pierde en la inmensidad de la nieve y los témpanos de hielo y la sensación de soledad y pequeñez se hacen presentes.

Así es Chile, el país de los mil contrastes, de los mil paisajes, el país que, al menos una vez en la vida, se tiene que visitar.


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