• Después de la elección.
• La importancia de una verdadera alternancia y de una auténtica democracia para el turismo.
Para cuando esta colaboración se publique ya habrán pasado los comicios del 1º de julio y esperamos que se haya respetado la voluntad popular, pues el ambiente de las elecciones presidenciales en México, con dos excepciones notables en el siglo XX, siempre ha estado enrarecido por lo inequitativo y lo fraudulento, de ahí que nuestra democracia tiene que demostrar todavía su real funcionamiento.
Las únicas dos elecciones inobjetables a las que nos referimos fueron para todos los observadores aquella en que se eligió a Francisco I. Madero en 1911 y la del año 2000 en la que fue electo Vicente Fox. De ahí en fuera todas las demás fueron de estado y/o inequitativas cuando no francamente fraudulentas.
Por eso es importante que cuando nuestros amables lectores tengan esta columna a la vista, se esté ya ante el inobjetable reconocimiento de Andrés Manuel López Obrador como ganador de la elección presidencial del primero de julio. Es muy necesario históricamente que eso pase, pues de otra manera habrá fracasado el intento por instaurar la verdadera democracia en nuestro país, pues todas las encuestas y el ánimo popular anuncian su triunfo y muy grave sería que la maquinaria oficial y de los poderes fácticos en manos de privilegiados injustamente por el modelo económico salinista, impuesto y mantenido por el fraude y la desinformación, hayan realizado otra de las trapacerías electorales desgraciadamente características de la política mexicana, pues a diferencia de lo ocurrido en 1988, 2006 y 2012, el horno no está para bollos, pues la indignación social es amplia y mayoritaria en razón de tanta corrupción, de tanta oscura privatización, de tanto entreguismo y de tanta ineptitud demostrada en los últimos treinta años por los gobiernos del PRIAN.
Esto es de gran relevancia para el turismo, pues no hay que olvidar que esta actividad sólo puede desarrollarse plenamente en la paz y en la tranquilidad. Los países que más avanzan en el contexto internacional son aquellos en los que existe la verdadera alternancia: Donde puede haber gobiernos de izquierda y derecha alternándose en el poder pacíficamente. Chile, España, Argentina, Brasil, Uruguay, Ecuador, Bolivia son ejemplos cercanos de antiguas dictaduras aferradas al poder, que rabiosamente persiguieron en muchos casos hasta el genocidio a sus respectivos ciudadanos, por el sólo hecho de profesar ideas izquierdistas. Lo impresentable de esas dictaduras acabó por desacreditarlas y desaparecerlas gracias a la exigencia y la lucha popular, y hoy todos los países mencionados son auténticas democracias en donde hay verdadera alternancia, pudiendo tener indistintamente gobiernos de izquierda o de derecha.
Esperemos que 2018 sea recordado como el año del inicio de la verdadera alternancia en México y que la derecha representada por el PRI y el PAN, que nos han malgobernado durante 30 años, al fin respeten la voluntad popular y se abstengan de una vez y por siempre de recurrir al fraude y al engaño del pueblo, mediante los medios de comunicación dominantes en manos de los favorecidos por un modelo económico injusto, discriminatorio y empobrecedor. Sólo así se garantizará que cada vez más mexicanos incrementen sustancial y verdaderamente su nivel de vida y puedan acceder plenamente a disfrutar del fenómeno turístico.
