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Formas, texturas, volu­men, sombras y luces, objetos mudos que dicen mucho. Estamos en el Nasher Sculpture Center, un lugar que es mucho, pero mucho más que una excelente colección de esculturas; es un lugar para reflexionar sobre el sentido de la creatividad humana, un lugar donde se antoja quedarse por muchas horas, sobre todo en su jardín, que va más allá de lo estético para proporcionarnos esos momentos de paz y rincones de serenidad que tanto necesitamos en estos primeros años del siglo 21.

Este centro escultórico se ubica en el corazón mismo del Distrito de Artes de Dallas, donde también encontramos el Museo de Arte de Dallas, que ofrece 23 mil obras que ilustran5 mil años de historia del arte antiguo de todos los continentes; la Colección Crow de Arte Asiático; el Centro Sinfónico Morton Meyerson y el Centro de Dallas para las Artes Escénicas. Hay ópera, danza, teatro, pintura, escultura, música sinfónica y también un buen espacio para las artes escénicas latinoamericanas.

Lo anterior nos habla muy bien sobre la vocación cultural de esta ciudad a la que antes de visitarla imaginábamos sólo con petróleo y vaqueros por todos lados (los estereotipos televisivos, usted sabe). Al irla recorriendo, poco a poco nos damos cuenta de que también es un muestrario arquitectónico de primera línea, un espacio donde se mezclan armónicamente edificios clásicos de más de 100 años con creaciones de los arquitectos más renombrados de nuestro tiempo, como I. M. Pei, Renzo Piano, Sir Norman Foster y Rem Koolhaas, quienes han diseñado varios de los edificios del Distrito de Artes, no pocas torres de oficinas y, por supuesto, los ultra contemporáneos Hunt Oil y Victory Park, aunque también hay que echar un vistazo al nuevo estadio de los Vaqueros de Dallas.
En otro tenor, vale también la pena visitar el Museo Meadows, en la Universidad Metodista del Sur, que tiene la colección de arte español más grande fuera de España; así como el Museo del Sexto Piso para quienes gusten de la historia, pues narra a través de objetos, fotos, videos y documentos la vida y obra de John F. Kennedy, así como su asesinato con un disparo desde una de las ventanas de este edificio. Honestamente, a mí me pareció un poco deprimente.
Cuando pasamos al tema de las compras entendemos por qué Dallas es la zona más visitada de Texas y la novena ciudad más grande de los Estados Unidos. Resulta que en 1907 nació en esta ciudad la tienda Neiman Marcus para ofrecer lo mejor de la moda y la alta costura, con diseños de Coco Chanel y Miuccia Prada, entre otras personalidades del diseño que muy pronto atrajeron a clientas como Grace Kelly y Liz Taylor, por ejemplo. Luego, en 1931, se inauguró Highland Park Village, el primer mall de los Estados Unidos, quedando así marcada la vocación comercial de esta ciudad, donde ahora también podemos visitar North Park Center, Victory Park, West Village y la muy famosa Galleria Dallas, con todo y su pista de patinaje en hielo (igual que la de Houston) o encontrar los mejores precios en Allen Premium Outlets y Grapevine Mills.
Si se trata de diversión familiar, Dallas justifica plenamente sus 28 millones de visitantes por año, los cuales dejan una derrama de 9 mil 300 millones de dólares y se divierten a más no poder en sitios como Dallas Heritage Village, un museo viviente que muestra cómo era la vida en Texas de 1840 a 1919; Dallas Mozzarella Company, con clases para hacer quesos y tours por la fábrica; Dallas World Aquarium; Louis Tussaud´s Palace of Wax and Ripley´s Believe It or Not; y Medieval Times Dinner Tournament. Sin embargo, los más populares son el Rodeo Mezquite; el parque acuático Six Flags Hurricane Harbor y el original parque de diversiones Six Flags Over Texas, así como visitas al Rancho Southfork, donde se grabó la serie Dallas.
Más allá de los sitios mencionados, cuando visitamos Dallas encontramos un abanico muy amplio de deportes profesionales para divertirnos y soltar toda la adrenalina. Hay fútbol americano, basquetbol, beisbol, hockey, soccer y una excelente pista de carreras de autos para la serie Nascar.
Por supuesto, lo que más llama la atención es el nuevo estadio de los Vaqueros de Dallas, que es el estadio techado más grande del mundo, con capacidad para más de 111 mil personas y ubicado en Arlington. Es perfecto para juegos de fútbol americano, soccer, conciertos y muchos otros eventos de gran importancia, por lo que se le designó como sede del Súper Tazón 45 el 6 de febrero del 2011.

El estadio cuenta entre sus virtudes con muy fácil acceso por varias autopistas; de hecho, hay 14 maneras diferentes para llegar. Además, tiene dos zonas abiertas de entretenimiento, más de 300 suites de lujo, techo retráctil para que el clima no sea problema y cuatro mega pantallas de video suspendidas a 27 metros de altura sobre el centro del área de juego, lo cual hace que todos los espectadores tengan una gran experiencia del evento.
Ha llamado tanto la atención este nuevo estadio que hay recorridos turísticos todos los días, visitando una suite de lujo, el salón de control de marcadores, el palco de prensa, el salón de entrevistas con los jugadores, el acceso al campo y el área de vestidores.
Como todas las actividades anteriores despiertan el apetito en grande (porque todo en Texas es grande), Dallas tiene más de 7 mil restaurantes para todos los gustos y presupuestos, desde la más texana de las barbecues hasta platillos de gourmet. A quien guste de los buenos cortes de carne le podemos recomendar lugares como Mortons, III Forks y Capital Grille; para cocina estadounidense vayan a 650 North, 80 Restaurant & Bar, Blue Fire Grill, DISH o Nana; si le gusta la fusión asiática puede visitar Five Sixty by Wolfgang Puck, Hibashi Teppan Grill and Sushi Bar o P.F. Chang’s China Bistró; para barbecue nada mejor que Big Al’s Smokehouse BBQ, Sonny Bryan’s Smokehouse y Peggy Sue BBQ; si se trata de cocina italiana, se come muy bien en Arcodoro & Pomodoro, Adelma’s y Mi Piaci, pescados y mariscos en Café Pacific, Dallas Fish Market y Ocean Prime; cocina típica del suroeste de Estados Unidos la puede probar en Centenial Café at Hyatt Regency Dallas o en Stephan Pyles; o una aventura de sabores tailandeses en Naga Thai Kitchen & Bar.

Por el hospedaje no se preocupe, pues hay más de 70 mil cuartos de hotel, desde opciones económicas muy familiares hasta hoteles de gran lujo y establecimientos boutique. Llegar a Dallas tampoco es un problema, pues American Airlines tiene vuelos directos desde 38 ciudades fuera de los Estados Unidos, 15 de ellas en México, y conexiones a toda la Unión Americana.
Al final, esta visita a Dallas nos dejó muy buen sabor de boca y muchas ganas de regresar para, por ejemplo, probar suerte en alguno de sus más de 200 campos de golf.
Por Vicente Ochoa L.


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