• Las mejores playas del mundo.
• La terapia de la tumbona.
• Una realidad que debe aquilatarse para el desarrollo.
El Turismo denominado de “Sol y Playa” sigue siendo la modalidad favorita de los viajeros que buscan la relajación, que sólo puede dar, en términos de estudios del fenómeno del ocio, lo que se conoce como el “dolce far niente”. Y es que la agitada vida urbana, las presiones cotidianas y el “stress”, llevan a cada vez más gente a buscar la posibilidad de evadirse, aunque sea unos cuantos días, a lugares cercanos a la playa, para poder descansar cómodamente a la orilla del mar.
La imagen de estar disfrutando en una tumbona de las tres “eses”: “Sun, Sand and Sea” (Hay quienes agregan la cuarta “ese”) se ha convertido incluso en el estereotipo más recordado en materia turística, estereotipo añorado principalmente por los habitantes de los países situados al Norte del Trópico de Cáncer, situación que abarca la enorme mayoría de los países desarrollados con alto nivel de ingreso.
Así pues, para un canadiense, un alemán, un ruso de buena posición, un japonés o un estadounidense, la posibilidad de escaparse del crudo invierno de nieve, hielo y congelante viento es siempre apetecible y deseable, por lo que la corriente turística más relevante en términos de búsqueda de mejor clima se da casi siempre en dirección Norte-Sur.
Hay que recordar que, aunque muchísimos países cuentan con litorales, la enorme mayoría de ellos son litorales fríos, y sólo algunos privilegiados países tienen litorales calientes todo el año. Así las cosas, aunque el Mediterráneo es delicioso, lo es solamente en el verano, pues el resto del año ya no es tan apetecible para el camastro. Hay otros lugares que ni en verano pueden ser susceptibles de la terapia de la tumbona sin suéter: Suenan evocadores de bellas experiencias playeras, pero en realidad tienen agua friísima y/o brisa enchinante de la piel. Otras playas pueden por su posición ser consideradas de buen clima todo el año, pero en realidad están expuestas a vientos y cambios bruscos en materia de precipitaciones como es el caso del Caribe.
A riesgo de ser acusado de “mexicéntrico”, en mi muy particular experiencia debo decir que las playas más apetecibles del mundo en materia de la “terapia del camastro” son las que se encuentran en los estados de Guerrero, Oaxaca, Jalisco, Nayarit y Colima y que alguna vez seguirán las de Michoacán en cuanto desarrollen un mejor equipamiento turístico.
Estos litorales cuentan con muchas playas de fina arena, sol y buena temperatura todo el año: Hay que recordar que durante mucho tiempo algunos hoteles de Acapulco manejaban la “garantía de sol”, que devolvía el dinero correspondiente al hospedaje si en un día determinado no salía el astro rey.
Es importante que los funcionarios turísticos, los gobernadores de esos estados y los presidentes municipales correspondientes sean conscientes de la realidad aquí apuntada, pues el enorme potencial de estos estados en materia turística es impresionante, si se toma en cuenta la ventaja comparativa que tienen frente a la enorme mayoría de las playas del mundo.
Urge pues rescatar a las más famosas de la acción del crimen organizado y fomentar un auténtico desarrollo del equipamiento y la infraestructura de las que no se conocen, para convertir el tremendo potencial que dan las espléndidas condiciones naturales, en bienestar para millones de mexicanos que lo necesitan y que, dicho sea de paso, están entre los que sufrieron más en los últimos sismos.
