• La peligrosa dependencia de cuatro centros turísticos y la violencia.
Según el documento “Resultados de la Actividad Turística” de abril de 2017, publicado por la Subsecretaría de Planeación y Política Turística de la Secretaría de Turismo del gobierno federal los aeropuertos que recibieron el mayor número de visitantes extranjeros en México durante los primeros cuatro meses del año fueron: Cancún (2,805,454); Ciudad de México (1,275,665); Puerto Vallarta (683,299); Los Cabos (622,953); Guadalajara (290,713) y Cozumel (88,642); los cuales en conjunto representaron el 91.6% del total.
Del mismo modo, durante el primer cuatrimestre de 2017, los puertos que recibieron el mayor número de pasajeros en crucero en México fueron: Cozumel, Majahual y Ensenada, los cuales representan el 77.2% del total de pasajeros que arribaron en el periodo.
Habiendo tantos atractivos turísticos distribuidos a todo lo largo y ancho del vasto territorio nacional: ¿Porque tan pocos lugares reciben a casi todos los turistas extranjeros?
Los especialistas hemos advertido desde hace muchos años que la política turística seguida por el estado mexicano se ha enfocado en privilegiar el crecimiento de pocos enclaves turísticos a los que se ha destinado la parte del león de la inversión federal, dejando a la inmensa mayoría de los destinos turísticos del país con sólo migajas del presupuesto para inversión, obras y promoción.
Desde su creación, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR) se abocó a la creación de unos cuantos “Polos de Desarrollo Integralmente Planeados”, que si bien es cierto detonaron el crecimiento de algunos enclaves como Cancún o Los Cabos, concentraron de tal modo los recursos, que inmensas zonas del país hasta la fecha no han recibido un solo peso de una entidad pública que se dice “Nacional”, pero que en realidad funciona como una simple fraccionadora de escasos enclaves.
Si a esto agregamos que en esos enclaves se ha privilegiado y financiado con dinero del erario o de endeudamiento externo, mayormente a empresas turísticas extranjeras, lo de “Nacional” ya desde hace mucho sobra en el acrónimo de FONATUR.
La falta de una visión clara en el desarrollo turístico del país, ha puesto a las autoridades en un brete nada envidiable, pues se jactan de estar recibiendo más turistas que nunca (de acuerdo a estadísticas no muy claras como vimos en la entrega pasada) pero haciéndose cada vez más dependientes de unos cuantos centros turísticos que hoy por hoy ya están amenazados por la violencia, y que están empezando a sufrir el síndrome que acabó con el gran turismo internacional en Acapulco por ejemplo, que habiendo llegado a recibir vuelos directos de Australia en los años setenta hoy apenas recibe uno que otro vuelo de Houston.
Advertimos:
Se está ante un foco rojo que no se puede ignorar y que ha empezado a parpadear. A ver qué hacen las autoridades.
