• Las Denominaciones de Origen,
impulsoras del turismo.
• El IMPI: Salvaguarda en México de la unicidad.
Los productores de ingredientes, bebidas, artesanías y materias primas únicas por sus características, encuentran en las Denominaciones de Origen (D.O.) una forma de protegerse y de darle valor agregado a sus artículos. Esto impulsa a la actividad turística, sobre todo en sus vertientes rural e industrial, pues para el público se hace deseable visitar la región geográfica que enmarca la generación de un determinado producto reputado como único y de alta calidad.
Según su definición jurídica, “la Denominación de Origen (D.O.) es una indicación geográfica, aplicada a un producto (generalmente de procedencia agrícola) cuya calidad y características se deben, fundamental y exclusivamente, al medio geográfico en el que se produce, transforma, elabora y/o envasa. Lo distingue y protege de aquellos productos similares, que se producen en otras regiones, y que reemplazan algunas etapas del proceso de elaboración original, por técnicas de industrialización, para su consumo en forma masiva, o cambian una de las materias primas por otra de similares características”. En México la entidad que norma y otorga la D.O. es el Instituto Mexicano de la Protección Industrial, (I.M.P.I.) sectorizado en la Secretaría de Economía.
Según estas instancias gubernamentales, los productores que se acogen a la Denominación de Origen, se comprometen a mantener tanto la calidad del producto elaborado lo más alta posible como algunas técnicas básicas de elaboración tradicionales.
La ventaja fundamental de esta calificación, es garantizar al consumidor, no solo un nivel de calidad más o menos constante, sino también mantener características específicas irrepetibles que no posee un producto similar generado en otra región o con otra materia prima. A cambio de esto, los productores obtienen una protección legal contra la producción o elaboración de tales productos en otras zonas. Cada una de las Denominaciones de Origen es pieza importante del desarrollo productivo de muchas regiones y una muestra significativa de la riqueza natural y cultural del país.
Es importante destacar que mediante las D.O. se fomenta la elaboración de productos a partir de métodos tradicionales, vinculados a las costumbres de zonas geográficas delimitadas y que se caracterizan por contener una importante carga histórica y cultural.
México cuenta con 15 productos que ostentan Denominación de Origen: El Arroz del Estado de Morelos, el Cacao Grijalva, el Café Veracruz, el Café Chiapas, el Chile Habanero de la Península de Yucatán, el Mango Ataúlfo del Soconusco, Chiapas y la Vainilla de Papantla. En cuanto a las bebidas tradicionales que le han dado fama mundial a nuestro país, producto de los cultivos de las diferentes regiones, están la Bacanora de Sonora, la Charanda de Michoacán, el Mezcal, el Sotol y el Tequila. Entre los productos elaborados a mano por artesanos, los que poseen Denominación de Origen son la Talavera y el Olinalá. También como materia prima artesanal está protegido el Ámbar de Chiapas, piedra semipreciosa de resina.
Entre los productos destacados que aspiran a tener esta protección están la Sal de Cuyutlán Colima y el Pulpo Rojo o Maya de Yucatán, ambos reputados productos considerados por los especialistas como los mejores del mundo en su género.
Que importante que entre el gobierno y entre los empresarios turísticos se reconozca esta producción y esta herramienta de protección y destaque, en beneficio de la unicidad y de la tradición, sin duda importantísimos para la actividad turística.
