• Dos medidas sencillas de implementar y muy beneficiosas para el turismo.
• El secretario de turismo federal debería ser el primero en impulsarlas.
En el marco del Tianguis Turístico del año pasado, la pieza central del discurso presidencial y de la estrategia turística presentada por el secretario de turismo, Enrique de la Madrid Cordero, fue el programa “Viajemos Todos por México”. En su momento, celebramos el hecho de que por lo menos se pusiera el tema del mercado interno y del turismo para los estratos socioeconómicos medios y bajos, supuestos beneficiarios del programa.
A un año de distancia no se percibe gran impulso al turismo nacional derivado del programa apuntado, pero además no se ven, por parte de los funcionarios turísticos, las ventanas de amplias oportunidades que se podrían aprovechar con la implementación de dos medidas muy sencillas, cuyo efecto en el turismo y la recreación sería realmente de gran impulso a la actividad turística nacional:
Cabe recordar que la enorme mayoría de los periplos turísticos que se realizan en nuestro país se llevan a cabo por carretera: Según estimaciones del Centro de Información y Estadística para el Empresariado Turístico el 90 por ciento del turismo nacional viaja por los 356 mil 945 kilómetros de carreteras y autopistas, que reciben al año 452 millones de vehículos, de los cuales el 75 por ciento son automóviles, el seis por ciento autobuses de pasajeros y 19 por ciento camiones de carga.
Como bien apunta el estudio, el turismo carretero tiene una connotación importante en materia económica, pues está relacionado con la mayor parte de las actividades económicas del país; no sólo genera empleos, sino además, la derrama turística se va vertiendo a todo lo largo del camino.
Más específicamente, 47 por ciento de los turistas nacionales se transportan en autobuses, 42 por ciento en automóviles y ocho por ciento en avión, quedando un tres por ciento que no está identificado.
Estas cifras son reveladoras pues si la Secretaría de Turismo federal verdaderamente quiere que “Viajemos Todos por México” el principal impulso debe darse al turismo carretero, pues el turismo en avión con las líneas de bajo costo más o menos se impulsa solo.
De ahí que sea pertinente insistir en dos propuestas que ya desde hace tiempo se han hecho en esta columna y que ayudarían efectivamente a vigorizar el turismo nacional y que realmente ayudarían a que “Viajemos Todos por México”: La primera y más importante es que se realicen los cambios a la legislación aplicable para que en los fines de semana largos el día de asueto se verifique en VIERNES y no en lunes como hasta ahora se viene dando. Una medida tan sencilla hace una gran diferencia en pesos y centavos de derrama económica para miles de negocios y atractivos turísticos pues el viernes todos están preparados para trabajar a toda capacidad, mientras que el lunes muchos museos, atractivos y negocios están cerrados, lo que resta posibilidades de esparcimiento para el turista y de negocios para los establecimientos.
La otra propuesta es de lógica elemental: El mercado emisor de turismo nacional más importante del país es la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, pero en los fines de semana largo NO se suspende el programa “Hoy no circula” lo cual redunda en la inhibición de millones de potenciales viajeros que queriendo salir no pueden porque el auto no circula en lunes, viernes o sábado, lo que los obliga a quedarse atrapados en casa: el pasado “puente” del Natalicio de Benito Juárez así lo constató, por lo que es imperativo establecer que en fin de semana largo el “hoy no circula” se suspenda.
Urge pues que SECTUR federal, las comisiones de turismo en el Congreso y los titulares de turismo estatales y de la CDMX se aboquen a impulsar y llevar a cabo estas sencillas pero fructíferas medidas.
