• Los “cielos abiertos” con Estados Unidos.
• Cada avión mexicano “competirá” con 25 estadounidenses.
• Adiós a las líneas aéreas mexicanas.
Como se sabe, Estados Unidos y México alcanzaron un acuerdo para ampliar el servicio de pasajeros y de carga aérea que eliminaría los límites actuales al número de aerolíneas que pueden ofrecerlos en las rutas entre los dos países. El acuerdo contempla que nuevas compañías podrán entrar en el mercado en cualquier ruta y las aerolíneas que ya están podrían considerar ofrecer el servicio a nuevos destinos.
Con un total combinado que no llega ni a 300 aeronaves, las líneas aéreas mexicanas enfrentarán la competencia irrestricta de las poderosas aerolíneas estadounidenses que en conjunto suman 7500 aviones. Simplemente las tres más grandes compañías aéreas del vecino del Norte cuentan con cerca de 2500 aparatos, pues United posee 700 aviones, mientras que la flota de American ronda los 966, y la de Delta las 809 aeronaves. Si a esto se suman los miles de aviones más que suman las líneas más “pequeñas” como Southwest (674 aviones), JetBlue (208 aviones) o Alaska Airlines (150) así como las incontables aerolíneas más existentes allende el Bravo, será fácil darse cuenta de que la desproporción es descomunal, por lo que firmar un convenio de “cielos abiertos” en tal disparidad es esencialmente suicida, pues supone el que por cada avión de aerolínea mexicana habrá al menos 25 aviones estadounidenses “compitiendo” en las mismas rutas. No se necesita ser profeta para vislumbrar que a mediano y largo plazo las líneas aéreas mexicanas simplemente desaparecerán engullidas por las enormes corporaciones estadounidenses.
Cuando un estado tiene buenos gobernantes preocupados por los intereses nacionales de ninguna manera se procede a firmar este tipo de acuerdos que son definitivamente desfavorables y que ponen en riesgo la soberanía nacional en un tema tan delicado y estratégico como lo es la aviación comercial. No en balde, los distintos países más avanzados del mundo protegen de distintas maneras a su aviación comercial: Nunca veremos a Francia, a Alemania o a Japón lanzar a sus respectivas aerolíneas a una competencia desventajosa, muy por el contrario, se cuidan muy bien de apoyar a sus aerolíneas de distintos modos para que siempre estén en manos nacionales y no tengan que competir en desventaja.
El futuro es negro en este sentido para México, pues es de esperarse que con este convenio se profundice el proceso de adquisición accionaria de las líneas mexicanas por parte de “socios” de Estados Unidos: Nuestra línea más grande, AeroMéxico, con cerca de 114 aviones, ya tiene una importante participación de Delta, que a la larga habrá de aumentar, pretextando hacer sinergia para enfrentar la competencia: El resultado final no será otro más que la absorción.
Las demás aerolíneas, no tardarán en caer en la tentación de buscar un socio estadounidense que a la larga también acabará controlándolas, por lo que en la práctica, lastimosamente habremos de decir adiós a las aerolíneas nacionales.
