Este año Chequia festeja los 700 años del natalicio del rey y emperador Carlos IV, y parte de las celebraciones consisten en descubrir un poco más de la historia y vida cotidiana del soberano, incluyendo su dieta que consistía en carne de caza, vino o pan y Lucio con relleno de almendras, que eran algunos de sus platos favoritos.

¿Sabías, qué se servía en la mesa real en la época medieval?

1. Carne de caza, su  preferida

A Carlos IV siempre le gustó la carne de caza. El monarca saboreaba codornices, ciervos, conejos o carne de cerdo ahumada.  Gustaba de cazar, por ejemplo, en los bosques de Beroun, donde queda su amado castillo Karlštejn.

Cuenta una leyenda que durante un viaje de caza  descubrió unas fuentes termales en los bosques cerca del castillo Loket. El mismo comprobó los beneficios medicinales aguas de estas aguas y así fundó la ciudad balnearia mundialmente conocida Karlovy Vary.

La carne de caza era también una comida importante en el punto de vista simbólico – no podría faltar en las mesas de los nobles, porque era un símbolo de la riqueza.

2. Condimentos

Carlos IV siempre disfrutó de las comidas condimentadas. Las especies aromáticas y de sabores fuertes eran símbolos de la cocina de los aristócratas y en general un atributo típico de la gastronomía medieval. En los castillos y palacios se condimentaba con jengibre blanco o con canela, y los súbditos añadían a la comida semilla de mostaza o azafrán. Los condimentos tenían muchas funciones en la cocina medieval, aparte de sabor, añadía el color a la comida y ayudaban a la digestión.

3. Pan

El pan era en la época medieval una parte importante y cotidiana de la vida de los súbitos, de la nobleza y del emperador. Carlos IV como un cristiano creyente comía pan blanco. Además como rey se permitía panes de las dimensiones especiales, como del tamaño de su mano. Una debilidad grande del rey Carlos fue la mantequilla. Según dicen,  en sus visitas a  Karlštejn o en Praha disfrutaba del pan con mantequilla del grosor de un dedo.

4. Ayuno y pescados

Como buen cristiano, Carlos IV ayunaba a menudo y una vez eso le salvó la vida. Durante una visita de estado a París, alguien envenenó el desayuno de los nobles. Carlos IV se salvó del atentado, porque ayunaba antes de la misa.

Durante el medievo el rey mandó construir un lago artificial cerca de Karlštejn para poder criar ahí peces. Su favorito era el Lucio relleno de almendras, que disfrutaba durante las fiestas religiosas.