• Chapo, delincuencia, corrupción, casinos y turismo.
Al tiempo que se escriben estas líneas, las noticias más destacadas son las secuelas de la reaprehensión del archiconocido narcotraficante Joaquín Archivaldo Guzmán Loera alias “El Chapo”, especialmente la publicación de la entrevista que el célebre actor estadounidense Sean Penn, lograra hacerle al capo en un lugar recóndito de su feudo. Inevitable es detenernos a la reflexión acerca de lo que ahí se dijo y de los sucesos narrados, pues en ellos se desnuda gran parte de la tragedia de México, que desde luego impacta al acontecer turístico y su realidad.
El primer punto que aterra es cuando Penn narra como un retén militar detiene la marcha de su convoy y soldados del Ejército Mexicano, al reconocer al hijo del “Chapo” inmediatamente parecen turbados y permiten su paso hacia donde está escondido. Esto debería de ser de verdadero escándalo, pues supone que si la institución más importante en la estructura del estado, encargada de salvaguardar la soberanía nacional fue coptada por “El Chapo”, es inevitable pensar que el resto de las instituciones son asimismo permeables, y explica el hecho de que en la misma entrevista “El Chapo” pueda presumir de que tiene flotas de submarinos, aviones y camiones además de un sinnúmero de propiedades que ni por asomo fueron incautadas por las autoridades: Esto revela claramente que el estado mexicano con toda intención ha omitido llevar a cabo acciones de fiscalización financiera realmente efectivas, única manera real de luchar en serio contra la delincuencia organizada.
Todo esto viene a cuento porque el gobierno de Peña Nieto a través de su secretario de gobernación y diputados-comparsa, lograron a finales del año antepasado el que la cámara baja aprobara una nueva ley de juegos y sorteos que abre grandes oportunidades para el lavado de dinero, pues no se contempla la instauración de un Padrón Nacional de Jugadores que pudiera identificar en todo momento cuanto juega cada quien y con ello minimizar las oportunidades de lavado de dinero en los casinos. Afortunadamente, y gracias a la acción de diversas organizaciones, entre ellas la Organización Social “Di No a los Casinos”, el Senado no se ha atrevido a aprobar la funesta iniciativa de San Lázaro, precisamente porque se había ya perdido el “Mexican moment” de Peña gracias al escándalo de la “casita blanca” y del ridículo en que la fuga del “Chapo” puso a su gobierno.
No sería de extrañar el que los procasineros trataran de revivir la iniciativa en el Senado, sobre todo si, como revela la entrevista de Sean Penn, la corrupción del Estado Mexicano es tan escandalosa, que llega realmente a avergonzar a propios y extraños, todo lo cual impacta negativamente en la actividad turística que, como se sabe, es muy permeable al lavado de dinero que el estado, como se ve, no tiene la menor intención de detener.
