Columnistas

• El restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU.
• Su impacto turístico en México y en la Península de Yucatán.

La presidencia de Barack Obama en el país vecino se constituyó ya de por sí en un hecho histórico que muchos jamás pensábamos ver, pues hay que recordar que los prejuicios raciales todavía están muy acendrados en ciertos grupos sociales de Estados Unidos. No en balde “La Casa Blanca” se llama precisamente así, pues su arquitectura y color con todo propósito evocan los de las plantaciones virginianas de tabaco que operaban en base a mano de obra esclava. No hay que olvidar tampoco que el mismísimo George Washington, además de muchos de los “padres fundadores” de la nación norteamericana eran propietarios de esclavos y desde luego se beneficiaban de su trabajo. Así que haber tenido la oportunidad de ser contemporáneos del primer Presidente afroamericano en la historia de EEUU, será algo que podamos ufanarnos de platicar a nuestros nietos.
Pero Barack Obama no sólo ha hecho historia por lo que significa, sino que sorprendió al mundo a finales del año pasado al anunciar conjuntamente con el gobierno cubano la próxima regularización de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Este hecho histórico que honestamente jamás pensé que me alcanzara la vida para ver, dio un giro de 180º a la errónea e irreflexiva  posición que durante 56 años tomaron 9 presidentes de los Estados Unidos, desde Kennedy hasta Bush Jr.
Las pésimas diplomacia e imagen exterior que desde tiempos de Fox para acá ha llevado el gobierno federal mexicano, impidió que nuestro país se constituyera en el mediador a que estaba llamado a ser en este asunto. Así que la cancillería canadiense y el Estado Vaticano lidereado por el Papa Francisco (también todo un personaje de trascendencia) fueron los que se anotaron el mérito de esta mediación histórica.
De cualquier modo, en el aspecto práctico del turismo, el inminente advenimiento de enormes flujos de viajeros entre Estados Unidos y Cuba, ha sido ya advertido por los observadores atentos: “Yucatán buscará aprovechar los lazos históricos con Cuba para promover la creación de lo que sería "un gran corredor" turístico en el Caribe, en la nueva etapa de la relación de la isla con Estados Unidos”, dijo el secretario de Turismo del estado, Saúl Ancona Salazar.
En entrevista con “RadioFómula”, el funcionario consideró que "lejos de perjudicar a Yucatán", la reactivación de las relaciones entre la Habana y el gobierno de Barack Obama puede traer importantes beneficios en materia turística para esta entidad: "Más que una competencia, creemos que Cuba va a ser un aliado extraordinario para crear un corredor turístico en la zona del Caribe y desde ahí atraer turistas extranjeros a nuestros destinos más representativos, como el caso de Chichén Itzá y Valladolid, entre otros", anotó.
Refirió que desde 1997 se trabaja para consolidar un multidestino Cuba-Yucatán, razón por la que la decisión de Estados Unidos de relanzar su relación con la isla podría ser  factor que permita consolidar ese ya viejo proyecto.
"Pronto vamos a tener buenas noticias sobre este asunto, hay una relación histórica con Cuba muy positiva y en décadas pasadas muchos barcos que llegaban a la isla ya sea de ida o de vuelta, arribaban a Yucatán para conocer la entidad, por lo que hay optimismo", apuntó.
El primer paso será la consolidación de un puente aéreo entre ambos destinos, en el cual ya se trabaja para operar lo más pronto posible, abundó.
"Cuba tiene lo suyo y nosotros tenemos lo nuestro, como el caso de la cultura maya, de tal modo que somos destinos que se pueden complementar muy bien y de hecho el próximo invitado al Festival Internacional de la Cultura Maya es precisamente Cuba", indicó.
Da gusto ver que aunque el gobierno federal anduvo en este asunto, (como en tantos otros) “chiflando en la loma”, en el nivel local si se tiene la visión de aprovechar el nuevo escenario.