Advertisement
Una encuesta informal que hice reveló que camisones y pijamas, ropa interior, lentes, osos de peluche, equipaje, hasta joyas, dispositivos electrónicos, videojuegos, medicinas, pasaportes y carteras son los artículos que a veces se encuentran lejos de sus dueños  en los cuartos de hotel. Los dispositivos para cargar computadoras se quedan conectados, y de vez en cuando la computadora también. Con mayor frecuencia, las tarjetas de memoria (USBs) anidan dentro de las  gavetas de escritorio del hotel. Caimanes disecados y serpientes muertas son algunos de los más perturbadores tesoros que se pueden hallar. Casi nada es robado, lo cual  es bueno saber. Los hoteles toman medidas extremas  para desalentar los dedos pegajosos entre sus empleados. Nadie me explicó cuáles son exactamente dichas medidas, o sea que tal vez no son muy legales.
Se llevan cuidadosos registros de cada artículo encontrado sin dueño, éste será marcado y numerado, además de anotado en un libro contable.  Todo esto es un fastidio y quita tiempo al  hotel y su personal. Esto explica por qué un botones, llamado para ayudar con equipaje cuando un huésped está a punto de salir, tomará tiempo para  inspeccionar el cuarto de baño, el closet y los cajones para  asegurarse  que están vacíos. Un cepillo de dientes olvidado no puede ser simplemente tirado a la basura. También debe ser marcado y numerado para que pueda ser encontrado si un huésped hace la petición.
Aun así, los hoteles no notifican a los huéspedes que algo fue olvidado a su salida. Algunos huéspedes, por varias razones, no  desean que se sepa que estuvieron hospedados en determinado lugar. Desde que la mayoría de los hoteles en México insisten a sus clientes presentar una tarjeta de crédito, firmar un voucher y acreditarse con  un documento de identidad, los visitantes no son exactamente anónimos. Pero proteger la privacidad es un asunto prioritario. “La regla es siempre esperar  hasta que el huésped nos llame si es que dejó algo,” explicó un director.
“Éstos pueden ser asuntos delicados,” otro hotelero dijo, y eso puede ser muy cercano a la realidad. Muchos directores pedirán con frecuencia que su propia identidad no sea revelada.
Considere el caso de un diplomático que dejó una pistola en el cuarto de baño. Los diplomáticos en México no tienen permitido llevar armas. Algunos lo hacen, pero preferirán que nadie lo sepa. Sorprendentemente, las pistolas están entre los artículos que son olvidados con frecuencia. El propietario meterá dicho artículo debajo del colchón, lo olvidará, sale y la camarista descubre el arma. Técnicamente, las autoridades deben ser notificadas en tales casos, pero esto sucede rara­mente. Demasiadas cosas  son preguntadas. Los narcóticos son una cosa totalmente distinta. Ningún hotel quiere ser acusado de participar en el comercio de heroína.
Lo que me sorprendió fue aprender que bastones e incluso muletas también son olvidadas. Pero, como un botones explicó, muchas personas con dificultades al andar o con discapacidad, aunque puedan usar esos aditamentos, prefieren sillas  de ruedas cuando pueden elegirlas. Así, cuando un amigo los saca a pasear, el bastón y las muletas son olvidados. No tan fácilmente explicado es el caso de la prótesis de una pierna,  encontrada bajo la cama de un hotel de Nueva York. Aparentemente todos en la industria se han enterado de eso. Más curioso aún, el huésped nunca regresó a recuperar el miembro perdido.
Generalmente, los hoteles almacenan durante seis meses los artículos dejados atrás, aunque si ninguna petición es hecha dentro de los primeros días, probablemente nunca se hará. Qué  hacer con camisones usados y osos de peluche desgastados, es  un desafío. Cada hotel tiene su propia política en este sentido. Hay quienes rifan las cosas entre los empleados. El  ganador puede regresar a casa con una  computadora portátil casi nueva o un par de lentes muy viejos.


Turistampa
Todos los derechos reservados ® 2023 [email protected]