Columnistas

• Ahora aberrante doble verificación vehicular.
• Negocio redondo para favoritos del gobierno.
• El turismo será terriblemente afectado.
• ¿Dónde está la secretaria de turismo? En una verdadera aberración digna del mal gobierno que padecemos, a la devaluación de nuestra moneda, al encarecimiento de la canasta básica, al menor poder adquisitivo de los salarios, a la corrupción, a la delincuencia, y demás flagelos que sufrimos los mexicanos, se suma uno más: La Cámara de Diputados desempolvó y aprobó el 29 de abril pasado una propuesta de 2009 que obligará a los automovilistas a pasar una segunda verificación.

Dicho en otras palabras y parafraseando a lo publicado en La Jornada, el diario donde se dio a conocer la noticia, esta nueva iniciativa de ley nos obligará a comprar un auto nuevo, toda vez que los propietarios de vehículos con antigüedad mayor a tres años tendrán que realizar una segunda verificación y someter sus unidades a una revisión exhaustiva de condiciones mecánicas si quieren circular por las carreteras federales.

Y para no variar, sólo los autos nuevos estarán exentos de ambas verificaciones, aunque sólo durante los tres primeros años. Quien no cumpla la verificación será detenido por la Policía Federal, cuyos cumplidos agentes del orden (porque cuando hay desorden o requieres su ayuda ni se aparecen) podrán retirar de la circulación los vehículos.

Una de las voces que se pronunció en contra fue la del diputado Carol Antonio Altamirano, del PRD, quien tajantemente acotó: “Se trata de un negocio redondo, otra vez a costa de los ciudadanos”.

La página “Motorpasión”  destaca al respecto que Diputados del PRD comentaron que en el país circulan aproximadamente 25 millones de autos y que el pago de este nuevo derecho representará al gobierno federal ingresos por 7 mil 500 millones de pesos.

Los automovilistas que no realicen estas dos verificaciones deberán pagar multas de entre 40 y 500 días de salario mínimo. Los ingresos derivados de esas sanciones se destinarán a la Secretaría de Gobernación supuestamente para programas de seguridad pública y prevención del delito.

De esta forma, los diputados autorizaron a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) para que concesione la apertura de nuevos “verificentros”, (sospéchase que en beneficio de los cuates.)

El efecto en el turismo es verdaderamente desastroso y ya hubiera merecido una enérgica condena de la Secretaría de Turismo si esta instancia estuviera realmente preocupada por nuestra actividad, pues es sabido que la enorme mayoría de los viajes se realizan en auto, y para muchas familias esto se hace solamente una vez al año, ya sea en semana santa, diciembre, o un fin de semana largo, sin olvidar que  cerca de un millón de compatriotas vienen en temporadas vacacionales procedentes de Estados Unidos. Es de imaginar el calvario que les espera para “verificar” sus vehículos después de los engorrosos trámites de la frontera.

No hay que decir que este tipo de extraviadas medidas sólo sirven para desincentivar el turismo y generar corrupción.