Columnistas

• El nuevo “Hoy No Circula”.
• Las implicaciones para el turismo y la recreación en la Ciudad de México.

Gran polémica se ha desatado por la implantación, el primero de julio pasado, por parte del Gobierno del Distrito Federal  de modificaciones al programa “Hoy No Circula”, que independientemente de que afecta a más de medio millón de vehículos, tiene importantes efectos en la actividad turística y recreativa que parece no se han ponderado adecuadamente.
El hecho de que la ampliación del programa se dé precisamente en día sábado necesariamente cancelará las posibilidades de desplazamiento de cientos de miles de capitalinos que antes usaban su auto para visitar centros recreativos, parques, espacios culturales, museos, restaurantes, bares, y atractivos turísticos varios. El hecho no dejará de sentirse en los ingresos de muchos empresarios turísticos y de la recreación.
Lo más grave es que también se cancelan las oportunidades de miles de paseantes de fin de semana y de vacacionistas capitalinos que usaban el sábado para salir o entrar de la Ciudad de México, lo que conlleva afectación a atractivos y empresas turístico-recreacionales de provincia.
Si a lo anterior se suma el hecho de que los vehículos con placas del extranjero o de entidades federativas distintas a las del D.F. y Estado de México no podrán circular los sábados, además de no poder hacerlo un día entre semana ni de 5 a 11 de la mañana todos los días hábiles, se comprenderá que miles de periplos turísticos y recreacionales no podrán realizarse, con el consecuente perjuicio para atractivos y establecimientos turísticos del área metropolitana de la Ciudad de México.
Hay que considerar además, que aunque se han hecho esfuerzos por mejorar el transporte colectivo urbano, la Ciudad de México aún está lejos de proporcionar un buen servicio rápido, cómodo y eficiente, por lo que para muchos desplazamientos el auto es  imprescindible, sobre todo si se considera el viacrucis que es tener que utilizar transporte colectivo de interconexión metropolitana con el Estado de México, cuyos municipios conurbados además ostentan los índices delictivos más altos del país.
El descontento y la molestia de la ciudadanía ante las modificaciones apuntadas no se hizo esperar, sobre todo por la premura con la que se implementó el programa, pues se anunció apenas 10 días antes de su entrada en vigor, con lo que se demostró una gran insensibilidad política hacia la población, que aunque pudiera haber aceptado el programa, no se le dio siquiera la oportunidad de tomar medidas para paliar los efectos negativos o el tiempo necesario para cambiar su vehículo u organizarse. Tal ha sido el malestar que incluso el gobernador del Estado de México se ha manifestado en contra de la medida.
Sería bueno que las autoridades turísticas pusieran en su agenda temática este asunto, pues miles de empresarios turísticos y de la hospitalidad además de los empleos que generan, pudieran estar en riesgo.
Por lo pronto, ha quedado claro que la imagen del gobierno de Miguel Ángel Mancera va en picada gracias a insensibles decisiones que perjudican mucho a los sectores populares del D.F. que fueron precisamente los que lo llevaron al poder.