• Lo deseable en materia de revalorización de las culturas indígenas y tradicionales.
En pasadas entregas hemos destacado la importancia que tiene el aprovechar la honrosa designación que ha hecho la UNESCO como patrimonio de la humanidad a diversas manifestaciones tradicionales de México, haciendo énfasis en que dicha riqueza cultural tiene su componente principal en el sustrato indígena y mestizo del país, que por desgracia frecuentemente es despreciado y hasta discriminado.
En esta entrega se proponen algunas medidas que podrían asegurar la pervivencia de muchas manifestaciones culturales indígenas y tradicionales amenazadas con la extinción por los embates extranjerizantes.
1. Políticas de rescate y fomento de las lenguas indígenas. Durante los últimos 500 años se ha impuesto el español como lengua oficial en nuestro país, al hacerlo se ha obligado a millones de hablantes de lenguas indígenas a abandonar su lengua. Es de elemental justicia, y de estratégico conservacionismo de nuestro legado cultural, el favorecer que en México se sigan utilizando las lenguas indígenas. Al efecto debería implementarse el bilingüismo en las esferas educativas y oficiales en las distintas regiones donde se hablan lenguas indígenas. Es realmente lamentable que apenas en ocasión del Bicentenario de la Independencia el Senado hizo la primera traducción de la Constitución al náhuatl. Es decir: ¡Durante 200 años los hablantes de esta lengua no podían consultar en su idioma materno el ordenamiento básico del país! Desde luego que esto los pone en una tremenda desventaja jurídica para defender sus intereses. Por eso es muy importante exigir que todas las leyes, reglamentos, señalización, contratos y ordenamientos jurídicos aplicables en las distintas regiones del país sean traducidos y publicados en las lenguas indígenas locales y que se cuente con traductores para que siempre puedan defender sus derechos.
2. Debe darse educación superior en sistemas bilingües español-lengua indígena en las respectivas regiones donde se hable una lengua autóctona.
3. Los toponímicos (nombres de lugares) que estén en lenguas indígenas deben traducirse al español y difundirse en la señalización y los medios de comunicación para incrementar el conocimiento y aprecio de las lenguas indígenas.
4. Debe exigirse el respeto a las formas tradicionales de organización de los pueblos y comunidades indígenas y tradicionales.
5. Debe apoyarse económicamente, incluso con becas, pensiones o subsidios, tal y como se hace en países como Canadá o algunas zonas de Europa o Japón, a los individuos o comunidades que desarrollen actividades culturales indígenas tradicionales o que hablen alguna lengua indígena, la plena justificación de este apoyo está dada por la riqueza y diversidad que aportan al país.
6. Debe erradicarse enérgicamente cualquier tipo de discriminación hacia los indios y mestizos del país o hacia las formas de organización o manifestación cultural generados por estos grupos.
7. Fomento de espacios y organizaciones indígenas: En México existen colegios israelitas, clubes libaneses, liceos franceses, centros gallegos, etcétera. En muchos de esos lugares la exclusión de lo mexicano es la norma, ¿No sería deseable y benéfico que se fomentara la creación de centros purépechas, zapotecas o chontales con un afán de difusión y aprecio solidario, donde todos sean bienvenidos para conocer de todas esas culturas que enriquecen el mosaico mexicano?
La implementación de estas medidas generaría una gran conciencia nacional y serviría para desterrar el pernicioso “malinchismo”, responsable en gran medida de la auto-negación de las potencialidades de desarrollo del país, y de las políticas públicas entreguistas y de lesa patria que actualmente sufrimos, pues fomentaría el igualitarismo y la revaloración de lo propio. En materia turística su impacto benéfico en miles de pueblos, comunidades y regiones de México sería inobjetable, pues desencadenaría la puesta en marcha de miles de negocios turísticos basados en manifestaciones culturales únicas que desde luego se constituyen en uno de los principales motivadores del viaje internacional.
