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Eljetlag como palabra ha sido incorporado a la lengua castellana. Hasta los franceses utilizan el término. Aquí el purista ocasional se refería a la dolencia como una cruda de viaje. Al igual que la tradicio­nal cruda, esta tiene innume­rables remedios, ninguno de los cuales son infalibles.
Bueno, hay un que si lo es. La tradicional cruda puede evitarse negándose a chupar. Y la cruda de viaje puede evitarse quedándose en casa. Para la mayoría de la gente, estas curas ofrecidas son peores que la dolencia misma. Pregunta a cualquier persona que haría si dispusiera de un tiempo y dinero ilimitado y la respuesta será “viajar”.

Las aerolíneas sugieren que volemos por primera clase donde los asientos se convierten en camas y el viajero puede despertarse fresco como una lechuga, listo para enfrentarse a un nuevo día. Algunas aerolíneas llegan a ofrecer vestidores con regadera en sus salas VIP para los pasajeros de primera clase que van llegando. La mala noticia es que esas exquisitas comidas y vinos ofrecidos a los pasajeros de primera clase deben rehuirse según los numerosos consultores que aconsejan sobre el modo de evitar el jetlag. Eso viene a constituir cierto consuelo para quienes no se pueden costear un boleto de primera clase, que cuesta tres o cuatro veces más que cualquier pasaje en clase turista. Con todo y sus descuentos.
Aún los afortunados que se las arreglan para dormir en los aeroplanos es probable que se sientan algo mareados cuando recogen su equipaje y pasan las inspecciones de inmigración y de aduanas. Los peritos aconsejan quedarse despierto y salir a tomar el sol como medio de ayuda a que el cuerpo se ajuste. Los hoteles colaboran a este respecto. Pocos de ellos permitirán que un recién llegado se dirija a su cuarto después de las tres de la tarde.
Los peritos (y son una legión) sugieren comer lo menos posible ese primer día, así como el día anterior al vuelo, a la vez que beber grandes cantidades de agua. El hecho de empacar debe realizarse con bastante anticipación y conviene preparar todos los documentos necesarios. Haz planes para llegar al aeropuerto tres horas antes de la hora de partida, lo que debe garantizar el suficiente aburrimiento para que encuentres fácil dormir una vez llegado a bordo.
Ese consejo, por supuesto, es fácil de dar, pero es lógico la tensión que conlleva el empaque de último minuto, una búsqueda frenética de pasaportes y las posibles demoras del tráfico en camino hacia el aeropuerto conducirán muy probablemente a la fatiga y a la irritabilidad que van unidas al jetlag.
La melatonina, hormona producida por la glándula pineal, es un remedio preferido por muchos viajeros en la actualidad, principalmente para ayudarles a dormir en un horario en que sus cuerpos sienten que deberían mantenerse despiertos. No a todos les ayuda, pero parece ser que la melatonina causa efectos perniciosos.
Por suerte hay otro modo de evitar los efectos del jetlag y de todos modos viajar. Dirígete al norte o al sur. Se supone que Argentina es toda una ganga en este momento. Tal vez querrás investigarlo.


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