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• El INVEA y la incongruencia.
• Más verificación para los negocios cautivos en el D.F.

Los lectores que hayan visitado recientemente la Ciudad de México, se habrán dado cuenta de que una inusitada cantidad de establecimientos de alimentos y bebidas e incluso hoteles, han sido clausurados o “suspendidos” por un nuevo ente verificador creado por las autoridades: El Instituto de Verificación Administrativa del Distrito Federal (INVEA).
Llama la atención que muchos de los lugares sancionados son de reciente apertura y que implicaron para sus dueños un esfuerzo importante en materia de inversión y que ofrecían alternativas de esparcimiento para los capitalinos y los visitantes: Resalta el conjunto de restaurantes y bares cercano a la Plaza Juárez que cuenta con excelentes vistas a la Alameda Central y que de pronto apareció sancionado. Un bonito hotel boutique como el “Brick” que daba servicio en la colonia Roma también dejó de operar por la misma razón e innumerables casos más se registran en el Centro Histórico, Coyoacán, Condesa, Polanco y demás zonas turísticas de la capital.
Los clientes de muchos de tales establecimientos no nos explicamos las razones de las clausuras o suspensiones, sobre todo cuando podemos constatar deplorables condiciones de servicio en innumerables negocios que nunca son verificados.
Pongamos por ejemplo la insufrible cantidad de puestos fijos construidos con lámina y anclados con concreto en todas las banquetas con densa circulación peatonal, donde se expenden toda clase de alimentos sin la más mínima higiene. ¿Qué autoridad del D.F. verifica o permite que se instalen robándonos la banqueta? Lo mismo sucede en plazas, parques, puentes peatonales o hasta en los bajos de pasos a desnivel: Cualquier espacio público puede ser invadido impunemente por un puesto fijo y no hay autoridad alguna que lo impida. El resultado es que el D.F. tiene ya las banquetas más feas del mundo, pues muchísimas están invadidas de puestos fijos que impiden o dificultan la circulación peatonal, son fuentes de enfermedades y causan accidentes, pues los peatones en muchas ocasiones se ven obligados a circular por el arroyo vehicular porque la banqueta está invadida con puestos fijos.
A tal extremo ha llegado la situación que hoteleros y restauranteros así como otros comerciantes establecidos han tenido que desarrollar estrategias de defensa de las banquetas aledañas a sus establecimientos, colocando macetones u otros artilugios que impidan la instalación de puestos.
Ante tanta anarquía no puede más que llamar la atención el que el INVEA se dedique a verificar y sancionar a los establecimientos cautivos que previamente ya han sido archi-verificados por autoridades delegacionales o del D.F. También llama la atención como, ante poderosos centros comerciales o cadenas de supermercados el INVEA simplemente no hace nada: Cualquiera que haya intentado utilizar un sanitario de Wal-Mart, de Soriana, o de muchas plazas comerciales  sabrá que ahí sí que hay razón suficiente para clausurar por peligro a la salud, derivado de la voracidad de tales establecimientos que no cumplen ni siquiera con los requisitos mínimos de tamaño de sus instalaciones sanitarias, a pesar de que ganan millones en un solo día de operación.
En su página de internet el INVEA también presume de que está a la caza de los llamados taxis “ejecutivos” (sin marcas) que según el ente deben desaparecer, pero cualquier usuario de taxis sabe que esa modalidad de transporte surgió precisamente por la incapacidad del gobierno del D.F. para asegurar que los taxis emplacados no fueran utilizados para asaltar a capitalinos o visitantes. Tampoco repara el INVEA en el hecho de que los taxis “ejecutivos” cobran tarifas justas y pactadas con el cliente, y que en horario nocturno son los únicos aconsejables, pues los taxis emplacados cobran lo que quieren sin usar el taxímetro, sin que ninguna autoridad los moleste. Y eso lleva a otra incongruencia: El gobierno del D.F. instala alcoholímetros, pero no controla a los taxistas nocturnos con placa. ¿Qué debe hacer el usuario que no quiere exponerse al hospedaje en el “Torito”? Buscar lógicamente al taxi “ejecutivo” de su confianza que ya conoce y que lo llevará seguro a casita.
Es importante recordar a las autoridades del D.F. que la verdadera gobernanza implica congruencia. El gobierno del D.F. es sin lugar a dudas el mejor de todas las entidades federativas del país, pero debe cuidar precisamente que sus actos sean percibidos como coherentes para los ciudadanos y visitantes, no hacerlo así echa a perder la buena gestión en muchos ámbitos.       
Reiteramos: Suponemos que las autoridades del D.F. tienen buenas intenciones con el flamante INVEA, pero nos gustaría ver más congruencia: Cerrar fuentes de trabajo de negocios establecidos mientras se deja proliferar la anarquía en la vía pública no da buen mensaje.


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