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• Dreamliner, turismo y las “cuentas”
del gobierno federal.

En el marco de la modernización de su flota, el 14 de octubre se llevó a cabo el esperado vuelo inaugural del Boeing Dreamliner 787 de AeroMéxico con destino a Tokio desde la Ciudad de México. Este avión de última generación dará impulso a la actividad turística pues permitirá a la línea aérea del Cuauhtecutli mayor versatilidad en la operación de sus rutas a Monterrey, Tijuana, Nueva York París y la aludida a Tokio, dado que presenta un ahorro de 20%  en términos de consumo de combustible y en emisión de contaminantes. Una de las razones de este significativo ahorro es que el Dreamliner está  construido con materiales compuestos, del tipo de fibra de carbono, haciendo que su peso sea 45 toneladas menor al de aviones similares. Es de destacar también que el 50% de la estructura está hecho de materiales reciclados, 20% de aluminio, 15% de titanio, 10% de acero y un 5% de otros componentes.
En cuestión de ruido, el Dreamliner también es muy ecológico pues emite 60% menos al despegar y al aterrizar, comparado con aviones de similar tamaño. También es significativo que  Boeing utilizó el servicio de “outsourcing” internacional para construir la aeronave, participando empresas como Alenia de Italia (estabilizador horizontal y fuselaje central), Mitsubishi, Kawasaki y Fuji de Japón (ala, fuselaje delantero, compartimiento de tren de aterrizaje, bordes de salida fijos y caja central del ala), Latecoére y Messier-Dowty de Francia (puertas de pasajeros estructura del tren de aterrizaje), Saab de Suecia (puertas de carga), además de presentar la opción de motores Rolls Royce de Reino Unido o General Electric de EEUU.
Para comodidad de los pasajeros del Dreamliner se cuenta con presión de cabina mejorada y un sistema para mejorar las turbulencias que alivian la sensación de mareo en un 88% y hacen que los pasajeros tengan menos dolores de cabeza y se deshidraten menos. Además, el sistema de iluminación a base de “leds” permite 128 combinaciones de colores que pueden simular amaneceres y luz solar suave.
El Dreamliner de AeroMéxico cuenta con 32 asientos de Clase Premier y 211 de clase turista. Es interesante saber que el costo de cada uno de estos aparatos es de 200 millones de dólares y que la empresa piensa adquirir 7 y arrendar 12.
Este último dato del costo es muy ilustrativo y digno de análisis, si recordamos que el gobierno federal malbarató Mexicana de Aviación y la propia AeroMéxico, que eran patrimonio de todos los mexicanos, a irrisorios 140 y 242 millones de dólares respectivamente, durante los sexenios de Fox y Calderón. Es decir por cerca de lo que cuesta un solo avión los favoritos de los presidentes panistas obtuvieron toda una línea aérea con sus rutas, derechos aviones, instalaciones y demás bienes.
Pero más ilustrativo e indignante es que el mismo gobierno federal, pero ahora con Enrique Peña Nieto al mando, piensa adquirir como avión presidencial precisamente un Dreamliner, pero que nos va a costar cerca de ¡700 MILLONES DE DÓLARES! Convirtiéndose desde luego en el avión presidencial más caro del mundo y dejando al “Air Force One” de Obama como una verdadera baratija.
No hace falta ser muy perspicaz para darse cuenta de que en todas estas operaciones ha habido una constante: Sangrar el erario nacional, hacer que perdamos todos los mexicanos que pagamos impuestos en beneficio de unos cuantos favoritos e intermediarios ¿Cómo es posible que AeroMéxico compre un Dreamliner a 200 millones de dólares mientras que el gobierno de Peña quiera pagar cerca de 700? ¿Cómo es posible que Peña nos esté recetando una “reforma hacendaria” en la que pagarán más impuestos todos los hoteleros y empresarios del sector turístico y hasta los dueños de mascotas por concepto de croquetas perrunas mientras se compra un avión con evidente y escandaloso sobreprecio que solo puede ser explicado por la corrupción?¿No sería mejor que el gobierno se apretara el cinturón dejando de lado los cuantiosísmos gastos que generan sus funcionarios?¿No sería prudente que en lugar de gastar en ese onerosísimo avión presidencial, se utilizaran esos 700 millones de dólares en revivir a Mexicana de Aviación o por lo menos destinar ese dinero para la reconstrucción de las extensas zonas afectadas por los recientes desastres naturales?
Un gobierno que verdaderamente se preocupara por el bienestar de la Nación, sobre todo en la emergencia en que está gran parte del país ya hubiera cancelado tan ignominiosa compra.


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