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Este sigue siendo el año del Bicentenario-Centenario, un hecho que no se olvida en Chihuahua. El lema oficial es “Cuna de la Revolución,” aunque esto realmente se refiere a Ciudad Juárez, donde Pancho Villa obtuvo su famosa victoria sobre las fuerzas federales leales a Porfirio Díaz. Esta batalla inspiró a Díaz a renunciar después de tres décadas en el poder. Los grandes cambios, cambios revolucionario, habrían de seguir.
Pero es la Ciudad de Chihuahua la que es más probable que visites. Y no sólo porque la frontera ha perdido parte de su encanto. La capital es donde muchos viajeros llegan para subir a bordo del famoso Chepe, el tren que va hacia las Barrancas del Cobre en su camino hacia el Pacífico. Hay una parada en Divisadero, sede del teleférico recientemente inaugurado. La ciudad de Chihuahua, sin embargo, es más que un lugar para tomar un tren.  

Capital del más grande de los estados, la ciudad de Chihuahua es el puesto avanzado del desierto donde, un siglo después de su fundación, los españoles en 1811 ejecutaron el Padre Miguel Hidalgo por instituir lo que se convirtió en una guerra por la Independencia. La mitad de un siglo después, Benito Juárez se refugió en la ciudad mientras trataba de mantener a México independiente de los franceses y Maximiliano.
Medio siglo después Pancho Villa se jubilo en Chihuahua. Él incluso había cavado una tumba para sí mismo, pero permanece vacía. Villa fue asesinado en Parral. Allí quedan sus restos, menos su cabeza. La cabeza se perdió. La casa de una de las muchas mujeres que afirmaban ser su viuda es ahora el Museo de la Revolución. Entre los objetos expuestos adentro es el acribillado antiguo Dodge  en que Villa murió. Las tropas federales operan el museo, lo que debe ser la última ironía.
Después de todas las celebraciones conmemorativas rememorando el famoso Grito, una vez en Chihuahua seguramente vas a querer visitar la celda sombría donde Hidalgo pasó sus últimos días y el lugar donde fue ejecutado por los tiradores inexpertos. Lo que había sido un colegio de los jesuitas más tarde se convirtió en una casa de moneda, a continuación, el Palacio Federal, ahora es un centro cultural. El calabozo de Hidalgo supuestamente no se ha modificado.
La mansión Quinta Gameros, hoy Centro Cultural Universitario, siendo un ejemplo consumado de gasto en  grande, se erige como un monumento acerca de lo  que la Revolución se trata. La familia Gameros de nuevos ricos mineros del siglo  XIX, nunca llegaron a vivir en su palacio, por haber huido del país antes de que  los albañiles, carpinteros y canteros terminaran su trabajo.
Aparte de tantos lugares históricos, hay muy buenos restaurantes si eres aficionado a los buenos cortes. Chihuahua es famosa por su ganado. No es muy atractivo para los vegetarianos. Por la noche, aparte de sus centros nocturnos, hay el espectáculo de iluminación en el Centro Histórico y un recorrido teatral con personajes históricos como estrellas.
La única decepción en Chihuahua es que uno puede estar allí y no ver a ninguno de esos pequeños perros que, por cierto, son chihuahueños y  son opuestos a los chihuahuenses, que son los seres humanos que habitan el estado.


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