Nada mejor que un hotel de lujo, totalmente funcional para la gente de negocios y completamente disfrutable para quienes van de vacaciones, con el mejor servicio imaginable y la mejor actitud posible por parte del personal para una ciudad de tan dinámico crecimiento y marcado cosmopolitismo como lo es Panamá.
El 13 de septiembre del 2010 marca el inicio de la gran hotelería en la ciudad de Panamá y ofrece a sus visitantes la posibilidad de disfrutar un gran servicio con más de 50 años de experiencia, gran vocación y profundo espíritu que la familia Riu le ha impreso siempre a sus propiedades.
A sólo 25 minutos del aeropuerto internacional de Tocumén encontramos esta magnífica torre de 35 pisos y 645 habitaciones, justo en el corazón del distrito financiero de una ciudad que es precisamente el punto medio entre América del Norte y América del Sur, entre los Océanos Atlántico y Pacífico, en medio del movimiento comercial y financiero más interesante para la gente de negocios de toda la región.
Las habitaciones se dividen en Deluxe, Ejecutivas, Suites Senior, Suites Presidenciales y Pent-houses, además de que hay 12 habitaciones para discapacitados, pues también pensaron en ellos.
La decoración es moderna, vanguardista en algunos rincones, y acompaña perfectamente a toda una gama de servicios que hacen de la estancia una verdadera delicia: internet inalámbrico en todas las áreas, contenido inicial del minibar en cortesía, desayuno buffet en cortesía, Bussines center, sala VIP para huéspedes de suites y habitaciones ejecutivas, una extraordinario spa, gimnasio totalmente equipado, room service las 24 horas, peluquería, salón de belleza, tienda de regalos y servicio de concierge.
Pero quizá todo eso no sea lo más relevante, pues al fin y al cabo es lo que corresponde a un buen hotel de 5 estrellas, como lo es el Riu Panamá Plaza, sino el hecho de que se han conjuntado aquí la ya tradicional filosofía de gran servicio de los hoteles Riu en todo el mundo y la característica amabilidad de los panameños, gente trabajadora y alegre con gran vocación de servicio y con muchas ganas de lograr que sus visitantes tengan una experiencia en verdad maravillosa. A eso, precisamente, se refiere la frase “servicio con corazón” que los hoteles Riu han ido aplicando en todos y cada uno de sus establecimientos, pues lo demás viene solo, como consecuencia natural de un buen trato. Siempre hay una sonrisa, un detalle de amabilidad y muchas ganas de ayudar para que todo salga bien, además, claro, de la extraordinaria piscina con jacuzzi integrado, una terraza de 1,800 metros cuadrados en el sexto piso para cocteles y eventos y unos 4,941 metros cuadrados de salones (21 en total) para juntas y reuniones, siempre con la asesoría experta de sus planificadores de eventos profesionales.
Comentario aparte merece la gastronomía del Riu Panamá Plaza, bajo la batuta de su chef, Raúl Vaquerizo, y distribuida en restaurantes como Arts y Prisma, con impresionantes buffets de muy alta calidad, y Tastes, un feudo elegante y sofisticado de cocina gourmet fusión donde pudimos probar una cena de degustación que incluyó platos tan atractivos como Gazpacho de betabel y tostada de anchoa, vegetales gratinados al manchego, langosta con burbujas de su propia esencia, helado de limón con tequila Don Julio, y cordero reposado en polenta con mantequilla de hierbas finas.
También están el Lobby Bar Studio 50, con excelentes cocteles, buen sushi y gran ambiente, así como Capital Take Away, con café y bocadillos de alta calidad.
Todo está en su lugar, todo funciona como debe de ser, se cumplen las expectativas del viajero más exigente. Quizá por eso Hoteles Riu ha recibido premios tan importantes como Best Hotel Chain de Globe Travel Awards, Medalla de Oro de la Comunidad de Islas Baleares, Mejor Cadena Hotelera en Ventas de México y Premio Ulysses de la Organización Mundial del Turismo por innovación de empresas turísticas, entre muchos otros. Quizá por eso tiene más de 100 hoteles en 21 países y reciben más de 2.9 millones de clientes al año.
La experiencia se nota. La infraestructura se vive. La calidez se siente.
www.riu.com
Por Vicente Ochoa Leyzaola
