Advertisement

La Costera Miguel Alemán y el Acapulco de Hoy

Hace unos cuantos días estuve en un hotel de la Costera Miguel Alemán en Acapulco que hace algunos años era un establecimiento de primerísimo nivel con habitaciones impecables y un servicio que cuidaba hasta el último detalle.
En la actualidad, ese hotel al principio de la costera no es más que una sombra, o una caricatura, de lo que solía ser hace unos 20 años y sin embargo en su marquesina sigue luciendo, sin avergonzarse en lo más mínimo, la clasificación de cinco estrellas que heredó en teoría pero que ya perdió en la práctica.
No solamente el hotel, sino toda la costera y todo Acapulco ha perdido estrellas.
Sabemos que gran parte del deterioro de los hoteles de Acapulco se debe al círculo vicioso de: no hay huéspedes... por lo tanto bajamos las tarifas... por lo tanto no tenemos dinero para dar mantenimiento... por lo tanto el turismo que atraemos es más barato... por lo tanto la calidad de nuestras instalaciones y servicios sigue descendiendo y se sigue deteriorando... y como resultado Acapulco, por lo menos en la costera, ya no es lo que era.
El Acapulco de la costera se ha convertido en lo que era Veracruz hace unos 30 años: un destino para turismo de no muy altos ingresos, con hoteles mediocres y restaurantes mediocres y servicios turísticos de segunda. Han quedado muy lejos los días en que Acapulco era el destino más importante de México y sus hoteles se llenaban de turismo de primer nivel de todas partes del mundo, y la Costera Miguel Alemán, a todas horas, día y noche, era reflejo de la prosperidad turística de Acapulco.
Por supuesto que hay hoteles, como el Elcano y el Crowne Plaza por citar un par de ejemplos, que siguen luchando contra viento y marea y tratan de atraer turismo con festivales gastronómicos y otros eventos y cuidando lo mejor posible sus instalaciones y su servicio.
Pero en la costera sucede algo todavía peor que la caída de la hotelería: no es solamente la mediocridad general del producto que se ofrece, sino la cantidad de negocios abandonados, de negocios cerrados porque sus dueños se cansaron de luchar solos contra las mafias y las corruptelas, es eso lo que le da a Acapulco una imagen de un pueblo quasi fantasma, sin la vida de antes, sin el glamour que llegó a tener y fuera de algunas temporadas cortas, sin turismo.
En la costera, donde antes había vitrinas ahora hay vidrios rotos. Donde antes había buenos restaurantes ahora hay locales a los que uno no quiere entrar. Sin querer exagerar, a veces parece una ciudad sitiada donde se vive del recuerdo y de esa forma se trata de evadir la realidad.
Todo lo anterior no es una crítica a Acapulco. Más bien es un lamento, un lamento de alguien que quiere mucho a Acapulco y sabe bien el lugar preponderante que tenía en la industria turística de México y el mundo.
Tampoco se trata de echarle la culpa a nadie en específico. Sería injusto culpar a los hoteleros que luchan con lo poco que tienen, y menos justo sería culpar a los inversionistas. Sería también inexacto echarle toda la culpa a las autoridades que han tenido Guerrero y Acapulco en las últimas décadas e incluso sería inexacto echarle toda la culpa al crimen organizado.
Ha habido muchas causas, muchos protagonistas, muchas razones conocidas y muchos otros factores ocultos y misteriosos que han llevado al Acapulco de la Costera a donde está actualmente.


Turistampa
Todos los derechos reservados ® 2023 [email protected]