Columnistas

• El turismo en una Estrategia Nacional de Desarrollo.
• El nefasto neoliberalismo sigue impuesto por la élite.
• Pocas esperanzas de que el país se vuelva menos desigual y más nuestro.

Ya a unos meses de iniciado el nuevo gobierno federal, podemos entrever cual será la tónica que lo guíe en materia económica: Más del mismo nefasto neoliberalismo de compadres, que, desde los tiempos de Salinas de Gortari en la presidencia de la República, no ha dejado de hacer sentir sus terribles efectos en todas las esferas del acontecer nacional: Cada vez mayor desindustrialización en razón de la indiscriminada apertura a productos extranjeros, cada vez más áreas de la economía dominadas por empresas extranjeras, el campo cada vez más abandonado y a merced de narcos y neo-latifundistas tipo Monsanto, plantadores de granos transgénicos dañinos. Cada vez más concesiones mineras a empresas foráneas que se llevan nuestra plata, nuestro oro y nuestros demás recursos mineros. “Nuestros” ferrocarriles en manos de compañías extranjeras recorriendo nuestro país transportando “nuestra” producción trasnacional para llevarla a Estados Unidos. Nuestra inexistente marina mercante de alta mar desmantelada por Salinas, Zedillo, Fox y Calderón en beneficio de navieras extranjeras; nuestras carreteras concesionadas a constructoras extranjeras; “nuestras” líneas aéreas cada vez más en manos de inversionistas extranjeros; nuestras aseguradoras absorbidas por consorcios extranjeros, “nuestros” bancos con matrices en Santander, Bilbao, Toronto, Nueva York, Londres, Hongkong  y Shangai.  “Nuestras” compañías cerveceras absorbidas por Heineken y Anhauser Busch al igual (el colmo) que “nuestras” principales empresas tequileras. Nuestro pequeño comercio detallista destruido por la corruptora expansión de Wal-Mart que con cañonazos de mordidas se ha abierto paso en todo México gracias a sus apátridas expropietarios y autoridades.
Ahora el nuevo gobierno federal con un despliegue propagandístico impresionante se emPEÑA en dejarles a las  empresas extranjeras las actividades de exploración, distribución, transporte, refinación y exportación de petróleo: Nada menos que nuestra mayor riqueza nacional.
A este desolador panorama se suman las tentativas de que los terrenos costaneros, es decir playas y litorales sean vendidos en pleno dominio a inversionistas extranjeros, y que las cadenas hoteleras extranjeras cada vez dominen más la actividad turística: ¿Será Claudia Ruiz Massieu Salinas, sobrina del presidente más vendepatrias que ha tenido México en la historia reciente, lo suficientemente nacionalista como para defender un verdadero desarrollo turístico basado en micro, pequeñas y medianas empresas turísticas NACIONALES, o seguirá el camino de seguir entregando la actividad a intereses extranjeros?
El tiempo y sus acciones nos darán la respuesta.