La propia reina Victoria eligió Ottawa como capital de Canadá, porque no está demasiado cerca de los Estados Unidos y es donde Anglo Ontario y Quebec francófono comparten un río. Hace un siglo, Ontario y Quebec eran todo lo que había de Canadá. Al otro lado del río Ottawa se encuentra Gatineau, con su casino y el Museo de la Civilización, en la que fácilmente podrías pasar un día entero. En Ottawa, puedes visitar un museo diferente cada día de la semana sin haber visto todos.
La mejor manera de conocer Ottawa es tomar una excursión, o tal vez dos o tres. Recorridos en autobús ofrecen una buena perspectiva, excursiones a pie una visión más íntima y los paseos en barco son los más divertidos. Tu hotel, incluso en caso de estancia en la cárcel, tendrá amplia información, así como sugerencias sobre los mejores lugares para comer. Eso puede ser un desafío, ya que hay tantos, y todos tan buenos.
Mi lamento más grande fue que no programé más tiempo en Ottawa. Lo que me gustó especialmente fue su tamaño compacto - alrededor de un millón de personas - y el sabor internacional. Como es la capital del país, se encuentra en Ottawa personas - y comida - de todo el mundo. Claro, tienes que ser fluido en inglés, o, al menos, francés. Se habla poco español y se comprende menos.
Ir de compras parece ser una actividad preferida en las vacaciones de todo el mundo. En Ottawa tu primera parada debe ser el animado Mercado Byward, un laberinto de tres por cinco cuadras llenas de boutiques, bares y restaurantes - una mezcla inesperada de estilo en el centro de la ciudad. En las tiendas y puestos que venden de todo, desde flores, frutas y verduras hasta la chatarra que encontraras en cualquier tianguis de México. Disfruta una beaver tail (el pastel local favorito), adquiere maple syrup y maple sugar y si no encuentras otra cosa, cruza la calle para el Rideau Centre, un centro comercial con más de 100 tiendas, incluyendo un Sears y The Bay. La mayoría de los nombres vas a reconocer. The Bay no. Es uno de una cadena de grandes almacenes canadienses fundada por la Hudson's Bay Company, una firma privada de exploradores que se inicio en 1670 y es mucho más antigua que el propio Canadá.
El lugar en Ottawa que no te quieres perder es la Colina del Parlamento, el equivalente del Palacio Nacional en Ciudad de México, excepto que aquí el edificio es gótico. El ser gótico puede ser la razón de que Ottawa ha recibido la reputación de ser sombrío y serio. Fue en la Colina del Parlamento que el presidente Felipe Calderón solicitó a Canadá que dejara de exigir visas a los mexicanos. Esto significa cambiar la ley, y los legisladores canadienses no se mueven más rápido que los mexicanos.
