Advertisement
• Las odiosas comparaciones.
• La peor imagen entre los países turísticos de Latinoamérica.
• Ya ni los cubanos quieren venir.

Recientemente pude disfrutar de un viaje que me llevó por distintos rumbos, y por desgracia, la constante en todos fue que la población local, al saber que era mexicano, invariablemente me comentaba de la violencia en México, o me preguntaba que si no tenía miedo de vivir en México, o de plano me decían que irían a cualquier país menos a México. Para alguien que como yo ha dedicado mi vida a la promoción de nuestro país todos estos comentarios y cuestionamientos, que  fueron hechos de buena fe, me causaron desde luego una gran tristeza, pues eran inobjetables.
Es cierto que varias zonas del país, destacadamente la Ciudad de México, gozan de un ambiente de seguridad envidiable, pero esto constituye solo unas cuantas islas en un mar de inseguridad: ¿Cómo convencer a los extranjeros de que vengan a México, si a cada rato reciben noticias espeluznantes de nuestro país?
Efectivamente, debemos estar conscientes de que, aunque las comparaciones son odiosas, un ejercicio honesto y autocrítico de la situación de seguridad del turismo en México es indispensable: El diagnóstico certero es que, hoy por hoy, la imagen internacional de nuestro país, comparado con los más representativos de Latinoamérica está francamente en último lugar. Escribo esto no como profeta del desastre sino para dimensionar correctamente el tamaño del reto que tenemos por delante: El primer paso que debe darse para solucionar un problema es reconocerlo y no esconderlo como durante todo el calderonato se trató de hacer.
Es muy importante que las autoridades turísticas efectivamente abandonen la hipocresía, la fantasía  y la mentira que imperó durante todo el sexenio pasado. La realidad cruda es clara: En Brasil, que se prepara para sus juegos olímpicos y su mundial de futbol; en Chile, que se destaca por sus incorruptibles fuerzas de carabineros; en Argentina, donde un gobierno popular ha hecho que Buenos Aires sea cada vez más cotizado como destino turístico; en Costa Rica, que deslumbra al mundo con su espléndido manejo del turismo ecológico, y hasta en Colombia, donde las principales ciudades han sido ya rescatadas:  En la mayor parte de todos estos países, debemos reconocer aunque nos duela, que impera una sensación de seguridad mayor a la de México.
De Cuba ni hablamos: Es impresionante ver como un pequeño país acosado por el imperio más poderoso que ha existido en la historia de la humanidad, ha ido desarrollando esquemas turísticos cada vez más novedosos, y sobre todo asegura que uno puede ir caminando a las cuatro de la mañana en el barrio más marginal y no pasa absolutamente nada malo. Las guías turísticas publicadas en Europa sobre Cuba mencionan con un dejo de humor que el riesgo más grave que corres en la isla es tropezarte por exceso de mojitos o sufrir el caderazo de una mulata en la pista de baile.  ¡Qué envidia! ¡Cómo no recordar que en mi juventud podía uno regresar caminando de madrugada a casa sin temor!
Insisto: Las comparaciones son odiosas, pero sirven precisamente para ubicarnos en la monumental tarea que tenemos por delante: La nueva secretaria de turismo, Claudia Ruiz Massieu Salinas, debe empezar por este auto-análisis, que si bien es muy duro, ayudará a reconocer que el problema principal del turismo en México es la inseguridad. Durante seis años se intentó esconder el problema debajo de la alfombra, la nueva titular de SECTUR tiene la oportunidad de efectivamente hablar con la verdad y reconocer la dimensión del problema: Miles de prestadores de servicios turísticos están hartos de escuchar que vamos bien, cuando ven que sus cuartos y mesas están vacías a causa de la inseguridad. No piden milagros, pero si piden que ya no se trate más de ofender su inteligencia diciendo que “no pasa nada”.


Turistampa
Todos los derechos reservados ® 2023 [email protected]