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• La reelección de Obama, nuestros paisanos y el turismo.

Es incuestionable que lo que sucede en Estados Unidos generalmente tiene algún tipo de efecto en nuestro país, no en balde compartimos más de 3 300 kilómetros de frontera, siendo además este límite internacional el más importante del mundo en términos de número de cruces con más de 50 millones al año, cruces responsables de  las transacciones fronterizas más cuantiosas del globo y de la mayor parte de uno de los comercios internacionales bilaterales más grandes del orbe.

Por todo lo anterior, los acontecimientos electorales en nuestro vecino del norte revisten gran importancia, sobre todo por las especiales características del actual mandatario estadounidense: Es indudable que un personaje histórico como Barack Obama despierta al interior de los Estados Unidos pasiones y hasta odios impresionantes. No hay que olvidar que si Obama hubiera vivido de niño en cualquiera de los estados sureños de la unión americana habría sufrido discriminación racial sancionada en leyes locales que la estipulaban en restaurantes, hoteles, transportes, sanitarios, escuelas y otros negocios y servicios.

Afortunadamente, las leyes cambiaron gracias a seres humanos maravillosos como Martin Luther King, quien tuvo que pagar con su vida el haber dado forma a un movimiento nacional pro libertades civiles tendiente a eliminar legalmente la discriminación racial en todos los Estados Unidos. Gracias a esos cambios pudimos ver algo que de niños nos hubiera parecido imposible: La investidura de un afroamericano como Presidente de los Estados Unidos de América. Este hecho tan significativo no ha estado exento de reacciones histéricas por parte de muchos grupos supremacistas y racistas que, no hay que olvidar, están muy presentes en el acontecer social y político estadounidense, y que cuando tienen oportunidad incluso se manifiestan violentamente: Las página “web” de Sarah Palin,  ex gobernadora republicana de Alaska y “princesa” del ultranacionalista y xenófobo movimiento “Tea Party”, fue mencionada insistentemente como inspiradora del asesinato de la congresista demócrata Gabrielle Giffords, y otras 6 personas en enero del año pasado en Arizona, estado cuya gobierno republicano se ha distinguido por la reciente promulgación de leyes anti-inmigrante y francamente racistas.

Así las cosas, la reelección de Barack Obama es una buena señal, pues aleja por el momento el fantasma de un gobierno federal estadounidense más proclive a la violencia, a desatar guerras, invasiones y leyes anti-inmigrante, lo cual desde luego afectaría a los millones de mexicanos que viven “del otro lado”. No hay que olvidar que nuestros connacionales nos envían cada año las remesas más cuantiosas del mundo pudiendo llegar en un buen periodo a los 28 mil millones de dólares. Además nuestros paisanos tratan de visitar por lo menos una vez al año a México, con lo que la derrama turística que generan es cada vez más importante y en muchos casos se constituye en estratégica para miles de empresas turísticas.

Por eso es de celebrar que el voto latino, y mexicano-americano en especial, haya apoyado a Obama, pues nuestros connacionales saben bien que su gobierno pugnará por no aprobar leyes anti-inmigrante, ni que los acosará, lo cual redundará en que tengan mayores posibilidades de trabajar y así seguir enviando remesas y poder venir a disfrutar de nuestro país. Hacemos votos para que con esta nueva oportunidad el gobierno de Obama se pueda consolidar como un histórico parte-aguas que asegure al pueblo de Estados Unidos avances cualitativos en la paz, la prosperidad, la justicia y la fraternidad, lo cual desde luego se proyecta positivamente al resto del mundo y en especial a nosotros, sus vecinos más cercanos.


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