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• Más de 25 años sin construcciones aeroportuarias.
• La privatización de las terminales aéreas sólo sirvió para enriquecer a unos cuantos favoritos.

En uno más de los numerosos ejemplos del nefasto “capitalismo de compadres” que padecemos en México, es lastimoso referir como desde el oscuro sexenio de Salinas de Gortari se inició la privatización de los aeropuertos mexicanos, otorgándose las concesiones a unos cuantos favoritos del régimen que ya están cumpliendo “bodas de plata” con la corrupción gubernamental que les ha permitido cobrar cada vez más dinero por servicios aeroportuarios, sin que se haya visto en un cuarto de siglo un solo aeropuerto nuevo en el país.
En reciente declaración para el periódico “El Financiero”, Adolfo Ascencio, vicepresidente de la Cámara Nacional de Aerotransportes (CANAERO), estableció que la infraestructura aeroportuaria en el país perjudica a la aviación nacional, porque los concesionarios no la están desarrollando, a pesar de que los ingresos de los grupos aeroportuarios son cada vez mayores, dado el aumento de inversiones que realizan las aerolíneas en nueva flota.
Así las cosas, los grupos aeroportuarios se han constituido en un verdadero cuello de botella que impide el sano crecimiento de la aviación civil y comercial en nuestro país, pues los concesionarios cobran cada vez más y no invierten en nuevos aeropuertos.
Hay que recordar que hasta antes del funesto salinato, en que el gobierno se dedicó a malbaratar y a regalar  los bienes nacionales, Aeropuertos y Servicios Auxiliares, desde la década de los sesentas y hasta 1988, construyó incesantemente, con dinero del erario, la red de aeropuertos con la que actualmente contamos. Durante cerca de treinta años ASA fue dotando a los nuevos centros turísticos y a las numerosas ciudades medias del país con modernas instalaciones que permitieron el despegue turístico de Cancún, Ixtapa, Los Cabos, Loreto, Huatulco o Puerto Escondido, por citar sólo algunos de los polos de desarrollo turístico que se fueron creando, teniendo al aeropuerto construido por ASA como eje estratégico que permitió la operación de las aerolíneas nacionales y extranjeras que alimentaron la naciente industria de la hospitalidad de tales localidades turísticas. Adicionalmente, ASA fue dotando de aeropuertos con capacidad para recibir jets internacionales a decenas de ciudades del interior del país: Prácticamente no pasaba un año sin que se anunciara la puesta en operación de un nuevo aeropuerto en alguna parte del territorio mexicano.
Pero con la llegada de Salinas y los muchos más de cuarenta ladrones neoliberales, que a la manera de Alí-Babá lo han acompañado en su sexenio y en los sexenios subsiguientes, la privatización aeroportuaria significó el estancamiento de las inversiones: Desde hace por lo menos 25 años ¡no se ha inaugurado un solo aeropuerto internacional en nuestro país! Esto a pesar de que las tarifas que cobran los leoninos concesionarios son verdaderamente escandalosas: Para las aerolíneas el costo del conjunto de  tarifas aeroportuarias, e impuestos por TUA representa ya un estimado de ¡40% del costo del boleto!
A esto hay que sumar que los viajeros y público en general también se ven verdaderamente exprimidos por los grupos aeroportuarios, quienes gozando de una situación monopólica cobran exactamente lo que les da la gana en los servicios conexos que prestan o que contratan con terceros: Así, el turista tiene que pagar onerosas tarifas de estacionamiento y exorbitantes precios en los locales comerciales al interior de las terminales aéreas. Uno pensaría que con tan desproporcionados sobreprecios que generan enormes ganancias para los grupos aeroportuarios, éstos ya hubieran invertido en decenas de aeropuertos nuevos que dinamizaran la actividad económica y el turismo, pero no: ¡Ni un solo aeropuerto nuevo en 25 años! Todo ha ido a parar a los bolsillos de los favoritos de Salinas y subsiguientes gobiernos privatizadores que enajenaron los bienes nacionales a favor de sus amigos y en detrimento de todos los ciudadanos que pagamos onerosas tarifas aeroportuarias.
Por desgracia el panorama no es halagador: La continuación de la política económica iniciada por Salinas está garantizada con el arribo de Peña Nieto a la presidencia: Cínicamente Salinas declaró recientemente que por este hecho, su sonrisa no se le iba a quitar ni con cirugía, ¡Claro!: Él y todos sus secuaces, incluyendo los grupos aeroportuarios, tienen garantizado un sexenio más para seguir esquilmando al país en perjuicio del turismo y de todos los mexicanos.


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