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Por algún tiempo,  Isla Mujeres sirvió más como un lugar para comer  y jugar en un  crucero de un día. Tenía pocos  hoteles, y su atracción fue en su mayor parte para  mochileros que tenían pocos pesos y bastante tiempo. Estas fueron personas a las que envidié. Ahora un cambio ha venido.
Entre sus 72 hoteles, la isla ahora tiene algunos lugares lujosos para quedarse, tres reclamando cinco estrellas y otros dos cuatro. Real Resorts  tiene una residencia con cuatro suites a donde llega un yate privado, con su propio chef para preparar comidas, un cochecito de golf (cochecitos de golf que son la manera predilecta de andar por la  diminuta isla) que viene con un chofer, y, bien qué más puedes pedir? ¿La tarifa? Para parafrasear J. P. Morgan, "Si tienes que preguntar, no puedes pagarlo."
Agradable, también, es que hay tanto para hacer ahora en la isla. Bien, no realmente en la isla. Más bien por la isla. Por la isla y bajo el agua. Puedes empezar con scuba ¿Pero qué viene después?
Los hoteleros, esperando atraer a recién casados, prefieren centrarse en Ixchel, la diosa maya del amor. Antaño, doncellas mayas se dice hacían peregrinajes a la isla dejando tras de si  imágenes diminutas de  Ixchel. Exploradores españoles descubrieron estas pequeñas curvilíneas estatuas
de mujeres e intrigados le dieron a la isla este nombre. Las ruinas de lo que puede haber sido un templo de Ixchel es ahora un lugar predilecto para bodas.
Algo como un santuario para la isla es la ahora arruinada hacienda, que Mundaca el Pirata construyó en el Siglo XIX para impresionar a una señorita que quedó poco impresionada. Mundaca, resultó, que fue un negrero, no un pirata. La chica encontró otro galán. Siempre optimista, Mundaca ordenó una tumba para los dos construida en su propiedad, pero esta quedo vacía. Con el corazón partido, Mundaca se fue a Mérida, y allí  murió, solo y probablemente poco extrañado.
Después tienes El Garrafón, en la punta sur de Isla Mujeres, donde los ancianos lo recordarán como el lugar original de bucear, comer y ahora ir de compras. El parque ofrece hoy más, desde kayaks y tirolesa hasta un lugar para nadar con delfines. Todo para un precio, por supuesto.
Más tranquilo es el Museo de Escultura Submarina, donde 60 estatuas adicionales fueron agregadas recientemente a las 400 ya existentes allí desde 2010. El artista Jason de Caires Taylor propuso la idea como una manera de llevar a buzos lejos de arrecifes de coral, porque los arrecifes pueden ser dañados por demasiados visitantes. Y debajo de las olas este Taylor tiene una exposición individual.
El mejor tiempo del día en Isla Mujeres es la noche, cuando los muchos restaurantes al aire libre de la aldea entran en bullicio. Hasta recientemente, la mayor parte de los clientes tuvieron que comer y correr, apurándose a agarrar el último barco a Cancún, pero ahora hay transbordadores que salen hasta la una de la mañana. Personalmente, prefiero más bien quedarme en uno de los hoteles de la isla y olvidar de hacer el viaje a Cancún, pero quizá no debería decir esto.


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