En el marco del hotel Misión La Muralla, que tiene como tema la Revolución Mexicana, fue develado el mural “200 años de Historia, 1810-2010”, del pintor Bernardo Rodríguez. Ubicado a la entrada del lobby, justo frente a la recepción, este mural retrata a los principales personajes de la Independencia y de la Revolución de México, colaborando así a la ambientación de tema revolucionario que caracteriza a este hotel, la cual empieza de una manera muy simpática a la entrada del mismo, cuando aparecen La Toña y sus subalternos, tres revolucionarios (actores caracterizados) que reciben a los huéspedes como si éstos fueran nuevos soldados que vienen a unirse a la tropa.
Después de eso le asignan a uno su jacal (o sea, su habitación) para que pase a refrescarse antes de apersonarse en el restaurante Las Adelitas para comer o cenar, según sea el caso, donde encontramos un rico buffet de cocina mexicana (nada más no pida quesadillas porque se las cobran aparte).
Por cierto, para la cena del sábado y el desayuno del domingo Las Adelitas presenta al Grupo Santiago, un excelente cuarteto de músicos queretanos que han realizado un muy importante rescate de canciones del México antiguo incluyendo, por supuesto, algunos corridos revolucionarios. Es un conjunto muy armónico, con espléndidas voces y gran amor por su trabajo.
Los sábados por la noche se organiza una fogata en el patio de la hacienda donde se ubica el hotel y los personajes revolucionarios entretienen a los huéspedes con historias y leyendas del tiempo de la Revolución en una especie de pequeño teatro al aire libre. Muy divertido.
Aprovechando la estancia en Querétaro y siguiendo el consejo de Paulino González, coordinador de turismo de Amealco de Bonfil, municipio donde se ubica el hotel, pasamos por San Ildefonso para comprar hermosas artesanías en barro policromado y luego nos fuimos al centro de Amealco para visitar el Templo de la Purísima Concepción, que es uno de los más grandes e importantes del estado.
Ahí, en el enorme jardín que funge como plaza principal de la población, tuvimos la oportunidad de recorrer un tianguis con hermosos textiles otomíes (40 % de la población de esta zona es otomí), exquisitos dulces típicos cristalizados y deliciosos antojitos regionales, como por ejemplo las tostadas de arriero en maíz azul, las riquísimas enchiladas y el mole verde y rojo de Amealco, además de quesadillas, sopes y muchas otras cosas, todo enmarcado por la iglesia, la frescura del jardín y un cielo azul extraordinariamente limpio, pues lo que sobra es aire fresco y puro en esta zona que es donde comienza la Sierra de Querétaro.
Por cierto, las autoridades municipales de Amealco realizaron una breve ceremonia para dar por inaugurados los festejos por el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana, la cual fue acompañada por una exposición de antigüedades y una presentación musical que terminó en verbena popular, dejándonos ver que Amealco es uno de esos rincones de nuestro país que vale la pena visitar cuando viajemos por Querétaro, pues tiene muchos más atractivos de los que imaginábamos.
Por la tarde, nada mejor que regresar al hotel Misión La Muralla para disfrutar un rato la piscina, los caballos o las cuatrimotos antes de cenar con la espléndida compañía del Grupo Santiago y luego ir a tomar una copa en el bar La Cucaracha. Buen viaje.
Por Vicente Ochoa
