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• El escenario postelectoral y el turismo.
• Prohibido girar a la izquierda.

Como se sabe, las elecciones en un país suelen marcar distintos escenarios y cuando la democracia funciona correctamente pueden ser un medio renovador que permita dar frescura a la gestión de gobierno, dando igual oportunidad a todas las fuerzas políticas para alcanzar el poder y poner en práctica la visión que cada una tiene sobre las políticas públicas que se considera adecuado implementar.
Todas las actividades económicas, incluyendo el turismo, se ven influenciadas por esta realidad, y en países donde la democracia realmente funciona cabe esperar una auténtica alternancia derivada de los deseos de los electores.
Por desgracia en nuestro país podemos comprobar elección tras elección presidencial que simplemente la posibilidad de que la izquierda ejerza el gobierno federal está negada por los poderes fácticos que no permiten que eso ocurra:
Hay que recordar que en 1988 el candidato de la izquierda, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano fue sencillamente despojado del triunfo electoral por la famosa “caída del sistema” que no fue otra cosa que la burdaå expresión de una enorme trampa electoral que permitió hacer un fraude de antología que en el año 2006 fue públicamente reconocido por el expresidente Miguel De la Madrid Hurtado cuando confesó que efectivamente Cárdenas había ganado la elección pero que su gobierno no reconoció el triunfo para permitir que Carlos Salinas de Gortari se hiciera del poder. Desde luego, y con la colaboración del PAN, especialmente de Diego Fernández de Ceballos, se procedió a quemar las boletas electorales para intentar ocultar el descomunal fraude.
Màs recientemente, en el año 2006 Calderón, el PAN, el Consejo Coordinador Empresarial, el duopolio televisivo, la enorme mayoría de las cadenas de radio y de la prensa escrita, el gobierno de Vicente Fox, los altos funcionarios del IFE, del Tribunal Federal Electoral, la maestra Elba Esther Gordillo del sindicato de maestros  y hasta empresas transnacionales como Walmart se dedicaron ilegalmente a entrometerse y a complotar en la elección presidencial organizando una verdadera campaña negra en contra de Andrés Manuel López Obrador,  al que desde entonces sistemáticamente se ha atacado por todos los medios posibles para evitar a toda costa que pueda llegar a la presidencia. En 2006 se llegó al extremo de dar por bueno el “triunfo” de Calderón con una ínfima diferencia de 0.56% y desde luego sin hacer el recuento pertinente. El mismo Fox reconoció tiempo después en una conferencia que dio ya como expresidente que en la elección de 2006 “se había desquitado” de Andrés Manuel, con lo que confesó su ilegal participación en el fraude.
Desde mucho antes de la elección presidencial de julio de 2012 pudimos constatar como el duopolio televisivo y mediante turbias negociaciones documentadas por la Revista Proceso y por el diario estadounidense The Washington Post, se dedicó a construirle a Enrique Peña Nieto una proyección a todas luces desproporcionada con objeto de imponerlo a cualquier precio en la presidencia, desde luego violando las disposiciones legales sobre límites de gastos de campaña que en cualquier país hubieran ya obligado a la autoridad electoral a descalificar al candidato, pero aquí el IFE se hizo desde luego de la vista gorda al igual que el Tribunal Federal Electoral lo hace en este momento.
¿Por qué se hacen tantos y tan recurrentes fraudes en contra de la izquierda en la elección presidencial  y que efectos tiene esto en la actividad turística? La realidad es que en México la actividad económica está controlada por unos cuantos monopolios que disfrutan de inmerecidos privilegios que les permiten abusar de sus clientes y de la sociedad en general, estos mismos intereses han encontrado en el PAN y en el PRI dos instrumentos que les permiten perpetuar sus injustas ventajas.  Lo más grave es que mediante la corrupción y con alianzas con empresas transnacionales hacen todo lo posible por entregar la mayor parte de los recursos naturales y de las actividades económicas estratégicas a intereses extranjeros.
El resultado de lo anterior es que el grueso de la población cada vez se empobrece más, tiene menos posibilidades de empleo y de educación y por lo tanto el nivel de vida general de la población se va deteriorando: Actualmente, el poder adquisitivo real de la mayoría de la población en México es sólo ¡una décima parte! de lo que era en 1981.  Así las cosas, la posibilidad de incrementar el mercado interno para la actividad turística es definitivamente muy limitada, por lo que mientras se siga prohibiendo en la práctica que la izquierda tome el poder ejecutivo federal en México, la mayoría de nuestra sociedad seguirá hundida en la pobreza y jamás podrá acceder a los satisfactores turísticos que en los países bien gobernados están a la alcance de todos.
Adicionalmente, la preeminencia de los monopolios que financian los fraudes en contra de la izquierda implicará para la mayor parte de las empresas turísticas onerosos gastos en materia de tarifas de insumos básicas para desarrollar su actividad, como son el teléfono, el Internet, la televisión de paga y muchos otros que en México se tienen que contratar a precios leoninos porque Emilio Azcarraga Jean, Ricardo Salinas Pliego, Carlos Slim y demás monopolistas del “capitalismo de compadres” que sufre nuestro país, hacen lo que les da la gana sin que ninguna autoridad los controle para proteger a la sociedad, pues precisamente por eso están imponiendo a un presidente a modo, que desde luego nunca se va a atrever a afectar sus intereses.


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