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• Los candidatos y el turismo.
• Las propuestas y los riesgos.
Ya en pleno proceso electoral resulta interesante analizar las perspectivas que depara para el turismo el cambio de gobierno derivado de las próximas elecciones, revisando las posturas de los diferentes candidatos a la presidencia de la república.
Llama la atención lo poco que se ha hablado del tema, pues aspectos mucho más urgentes han recibido la atención de los partidos políticos, pero aun así se pueden perfilar algunos esbozos de lo que sería la gestión turística de cada uno.
En el caso de Josefina Vázquez Mota, puede decirse que sólo habría más de lo mismo: Seguiría con el absurdo de supuestamente enfrentar al crimen organizado con violencia y muy poca inteligencia, tal y como lo ha hecho Calderón. Su aquiescencia para utilizar la guerra sucia en la campaña electoral del mismo modo que en el2006, augura que Vázquez Mota no variará en gran cosa la no-estrategia calderonista, que desde luego ha causado hartazgo entre la población y un terrible daño a la actividad turística y la imagen del país.
Un nuevo triunfo panista supondría además el riesgo de que las iniciativas presentadas por ese partido en relación a permitir la venta de playas a extranjeros se pudieran aprobar en el congreso, con la consiguiente pérdida potencial de gran parte de territorio nacional a favor de empresas e individuos extranjeros, lo cual cancelaría la posibilidad de un ejercicio auténtico de la soberanía nacional.
El caso de Peña Nieto es similar, pues si bien ha prometido cambiar la estrategia en contra del crimen organizado que tanta violencia ha generado, es inviable que quisiera combatirlo mediante fiscalización al lavado de dinero que incluyera cerrar o limitar la operación de los casinos, pues hay que recordar que el PRI no se ha cansado de defender a los hermanos Hank Rohn, uno de los cuales es el prominente propietario de la cadena de casinos más grande del país.
Peña Nieto ha declarado que abriría PEMEX a la inversión privada nacional y extranjera, lo cual es un eufemismo que encubre el hecho de que entregaría las actividades e ingresos más importantes de la paraestatal a las empresas extranjeras asociadas con sus amigos. La consecuencia inmediata para los empresarios turísticos y hoteleros sería un aumento indiscriminado de las tarifas energéticas que ya de por si amenazan con ahogar a muchos establecimientos que deben sudar la gota gorda para pagar el recibo de la energía eléctrica o el combustóleo o diesel para las calderas de los hoteles. Por su parte, Gabriel Quadri es una simple comparsa de Peña Nieto, hechura de la funesta lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, quien se ha distinguido por ser el lastre educativo del país.
En realidad Vazquez Mota, Peña y Quadri representan la defensa de los mismos intereses monopólicos e injustos privilegios mal habidos que asolan al país y no lo dejan avanzar: No es coincidencia que los postulados económicos de los tres sigan a pie juntillas la ortodoxia neoliberal y privatizadora que ha sumido a México en el estancamiento durante los últimos 30 años.
De ahí que el único candidato que conviene a los intereses verdaderos de la mayoría de los mexicanos sea Andrés Manuel López Obrador, que a pesar de haber sido sometido a más de 8 años de guerra sucia por parte del gobierno, las televisoras y la mayoría de los medios masivos de comunicación, sigue vigente con su proyecto nacional basado en el crecimiento del mercado interno mediante el combate a la pobreza, lo cual permitiría ampliar la base de consumidores y por lo tanto incrementar la actividad turística con muchas capas de población que actualmente no pueden viajar. En ese sentido también va su propuesta de bajar el precio de los energéticos, que tanto convendría a hoteleros y restauranteros, sobre todo de las áreas costeras y del norte del país, donde el gasto por concepto de aire acondicionado o calefacción es la pesadilla de los empresarios de la hospitalidad. Si a esto sumamos que el financiamiento para bajar las tarifas de los energéticos y para lograr tasas de crecimiento adecuadas vendría del ahorro en el gasto corriente del gobierno federal que actualmente es verdaderamente escandaloso, sobre todo cuando se ve cuánto ganan los funcionarios y cuanto se gastan en canonjías, viáticos, celulares, y demás cosas superfluas quedará claro cual candidato es el que verdaderamente conviene a México.


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