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La extravagante cocina de Tailandia, que es una inexplicable fusión de sabores en la boca y de aromas que invaden el olfato, una mezcla de picante con dulce y agrio, sabores fuertes y suaves a la vez, se disfruta cuando se visita ese país, pero también en México.

 Hay en el sudeste de Asia, un país muy conocido por sus espectaculares playas, sus fastuosos palacios reales, sus místicos templos budistas, sus sedas de colores tornasolados y sus piedras preciosas bien trabajadas. Y por añadidura ese país también es conocido por su extravagante cocina, que es una inexplicable fusión de sabores en la boca y de aromas que invaden el olfato, una mezcla de picante con dulce y agrio, sabores fuertes y suaves a la vez. Ingredientes trabajados con maestría para dar por resultado una de las mejores gastronomías del mundo. Ese país es Tailandia.

Bangkok, la moderna capital de Tailandia.

Fue hace muchos años que tuve la oportunidad de ir por primera vez. En esa ocasión visitamos además de Bangkok y sus alrededores, las joyas del norte Chiang Mai y Chiang Rai. El recorrido nos llevó a conocer los templos más emblemáticos de esos lugares, como el Gran Palacio, Wat Arun, Wat Phra Chetuphon, Wat Pho, el templo del Buda Esmeralda, así como el del Buda recostado, además de un recorrido por el río Chao Phraya y sus canales con el pintoresco mercado flotante Damnoen Saudak. Esto en Bangkok, la vibrante capital tailandesa en donde siempre hay algo qué hacer.

La preciosa Chiang Mai.

Chiang Mai es conocida como “la rosa del norte” y es la ciudad más grande de esa región del país. A nivel cultural, tiene suma importancia y en cuanto a belleza, cuenta con alrededores hermosos con paisajes naturales. Algunas de las montañas más altas de Tailandia se encuentran por ahí, como la cima de Tailandia en el Parque Nacional de Doi Inthanon.

Durante el viaje a Tailandia, el visitante encuentra templos milenarios, antiguas construcciones que todavía se mantienen en pie.

Chiang Mai es la histórica capital de Lanna, un importante reino anterior al reino de Siam (Ayutthaya). Ahí en Chiang Mai, el visitante puede recorrer su casco antiguo amurallado con todo y su fosa de agua. Hay una gran cantidad de templos para visitar y por la noche se pone bueno el ambiente de los mercados que abren toda la semana como el Night Bazar o los mercadillos de sábado y domingo.

Wat Phra Singh.

Wat Phra Singh y Wat Chedu Luang son los templos más importantes en la ciudad, pero no son los únicos. También se recomienda visitar el Wat Sri Suphan (templo de plata). Para contemplar la ciudad desde lo alto, se sugiere subir al monte Doi Suthep, además de la vista uno se encuentra con un templo, el Wat Doi Suthep.

El Templo Azul.

La ciudad más norteña de Tailandia es Chiang Rai. Pequeña y tranquila, cerca de la frontera con Myanmar y Laos. Por las noches se montan mercadillos, incluso en fin de semana y son lugares muy animados y pintorescos para disfrutar de una velada y cenar rico. De día se sugiere visitar el Templo Blanco y la Casa Negra, no están directamente en la ciudad, hay que salir unos 14 kilómetros, pero vale la pena porque ambos poseen una hermosa arquitectura. Si no se quiere salir de la ciudad, en el mero centro se encuentran diversos templos, como el Templo Azul o Wat Rong Suea Ten, el Wat Phra Kaew y el Wat Phra Singh.

El Palacio Real.

La segunda vez que fui a Tailandia, el mismo día de nuestra llegada del aeropuerto nos fuimos directamente a Koh Chang, un trayecto bastante largo desde Bangkok, ya que se trata de una isla. Carretera y luego un ferry, como si el viaje desde México no hubiera sido lo suficientemente lejano. Pero al grupo de personas con el que iba y a mi misma, no nos importó. Íbamos cansados por supuesto, pero emocionados al pensar en los días de aventura y descubrimiento que nos esperaban por vivir.

A Koh Chang se le conoce también por el nombre de Isla Elefante y es la segunda isla más grande de Tailandia; después de Phuket es la más visitada del país. Se encuentra a unos 300 kilómetros al este de Bangkok, cerca de la frontera con Camboya. En Koh Chang se produce la fruta Rakam, de dulce y exquisito sabor.

Phuket.

Koh Chang forma parte del Parque Nacional de Koh Chang, integrado por un conjunto de islas. Una vez estando ahí se puede hacer un recorrido de playas, bucear, visitar sus cascadas, así como los pueblos de pescadores, además hay bastante selva y montaña para dar paseos al aire libre.

Algo que llamó mucho mi atención, es el cambio de gastronomía que ofrece Koh Chang y que es un tanto diferente a la de los otros lugares de Tailandia en donde había estado. Aquí se come mucho pescado, muchas frutas, lechugas y otras hojas frescas que sirven al centro de la mesa. Cada una de las cuatro regiones tailandesas tiene sus platillos distintivos. Lo que los une, por así decirlo es la manera en que cada uno utiliza sabores dulces, amargos, picantes y salados pero de una forma equilibrada. No falta el lemon grass y el tamarindo, que se fusionan con el azúcar de palma y la salsa de pescado o la pasta de camarones.

Apacible atardecer en la hermosa Tailandia.

Cuando uno se sienta a la mesa a comer, no consigue entender cómo hacen los tailandeses para lograr los sabores de sus platillos. Es necesario profundizar un poco más, es por eso que de regreso a Bangkok nos llevaron a tomar una clase de cocina en la afamada escuela: Baipai Thai Cooking School, donde pusieron frente a nosotros todos los ingredientes que usaríamos y bajo la instrucción de un maestro fuimos cortando y mezclando, un poco de esto un poco de aquello hasta obtener el sabor y la textura deseada.

 

GALANGA THAI HOUSE

No sé si voy a regresar a Tailandia para una tercera visita, pero lo que si sé, es que en la Ciudad de México puedo disfrutar de esa excelente comida. Hay un lugar en la colonia Roma llamado Galanga Thai House, en donde los platillos de la Chef Somsri Raksamran transportan al comensal en un viaje de sabores, colores y texturas hasta aquel país milenario y lejano. En cada receta comparte su herencia y los procesos ancestrales que dicta la gastronomía tailandesa.

Galanga o KHA en tailandés es una raíz de la familia del jengibre que se usa en la cocina tradicional del sudeste asiático como hierba aromática. Galanga Thai House ofrece en su menú diversidad de platillos de nombres tan extraños para el lenguaje español como Yum Ponlamai: ensalada de atún fresco con frutas de temporada en salsa picante hecha a base de tamarindo; Gaeng Pu Bai Chaphu: tenazas de cangrejo moro en curry estilo Phuket y que viene acompañado de arroz jazmín; Gai Padmed Mamuang: pollo salteado con chiles secos, nuez de la India, piña, pimientos y champiñones; Ngob Talay: souflé de filete de pescado asado y envuelto en hoja de plátano, sazonado con jengibre salvaje, por mencionar solo algunos.

Si el comensal lo prefiere puede pedir el menú degustación de siete tiempos, diseñado por la Chef Somsri Raksamran. Un menú con el toque especial de los sabores de su natal Phuket y que se puede saborear acompañado por un maridaje seleccionado por el sommelier del restaurante, Daniel Segovia quien se esmera por equilibrar los sabores para realzarlos, pues considera que la cocina tailandesa es muy compleja debido a la cantidad de ingredientes que se utilizan para su preparación.

Galanga Thai House cuenta con dos ambientes para que sus clientes disfruten su comida: un patio rodeado de plantas y un sobrio salón con grandes ventanales. Se encuentra en Monterrey 204, Roma Norte. Y como dirían en Tailandia: Kin Khao Reu Yang? ¿has comido ya?

Por: Laura Ibarra Schaufelberger


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