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Categoría: Generales

En el extremo oeste del estado de Paraná en Brasil, y justo en el punto donde este país se fusiona con Argentina y Paraguay, existe un lugar que es de extrema belleza, pero a la vez de una imponencia tal, que nos hace pensar en la pequeñez física del hombre y en la grandeza de la naturaleza: las Cataratas de Iguazú.


Este es uno de esos lugares en el planeta a los que hay que ir al menos una vez en la vida, y es que es también uno de esos sitios en el mundo que por más que te digan que es maravilloso, hay que estar ahí para saber realmente qué tan espectacular es. Las fotos muestran caídas de agua entremezcladas con el verde de una vegetación silvestre y exótica, pero viendo imágenes en papel, es imposible sentir el rocío del agua llevada por el viento, ni escuchar el ruido ensordecedor que produce el vital líquido al caer de golpe.
Quien tiene oportunidad de visitar las Cataratas de Iguazú, puede regresar a su casa contento y satisfecho de haber conocido una de las bellezas naturales más hermosas no sólo de Sudamérica, sino del mundo.
El nombre de las cataratas, se deriva de una palabra guaraní que significa “agua grande” y es que el río Iguazú, que nace en Paraná, forma en las cercanías de su confluencia con el río Paraná un gran sistema de cataratas con un total de 275 saltos de agua formando una muralla que se extiende por 2.6 kilómetros y hasta 82 metros de altura.
A finales del siglo XIX surgió la idea de hacer un Parque Nacional en toda esa zona, con el fin de salvaguardar toda la vegetación, la fauna y el paisaje, pues la impresionante belleza de sus paisajes y su variada y abundante vida animal y vegetal, hacen de este lugar un centro turístico muy importante. Es así como en la frontera de Río Grande do Sul con Santa Catarina, el Parque Nacional Aparados de Serra reúne ríos, cascadas, bosques de araucaria y senderos que conducen a cañones.
También en la zona sur de Brasil, no muy lejos de Foz do Iguazú y de las mismas cataratas, se encuentra un paraje maravilloso habitado por diversas aves multicolores, se trata del Parque das Aves, un santuario ecológico en donde los visitantes experimentan la vida de los pájaros de cerca. Asimismo, el lugar cuenta con una vegetación exuberante, un recinto de flamingos, un mariposario y una exhibición de reptiles entre los que se incluyen anacondas, boas constrictoras y caimanes.
En el Parque das Aves, existe una gran diversidad de aves raras y especiales, como  arará azul,  harpía, ararajuba, gralha-azul y tucanes, un total de 1,000 aves de 130 especies diferentes. De todos los continentes.
Recorrer este parque es una delicia, uno va acompañado por el cantar de las aves en un abanico multicolor en donde se respira tranquilidad y naturaleza.
Así es este rinconcito de Brasil, el país más grande de Sudamérica, un destino turístico que realmente vale la pena visitar, no sólo por sus bellezas naturales, sino también, y principalmente, por el calor de su gente que lo recibe a uno con una sonrisa. La gastronomía local es otro de los grandes atractivos de esta nación, que poco a poco se prepara para recibir al mundo cuando se de el silbatazo inicial del Campeonato de Futbol, el próximo verano. Esa será una oportunidad excelente para que la gente de todas partes disfrute de las bellezas de Brasil, entre las que destacan por supuesto las Cataratas de Iguazú y el Parque de Aves, en el estado de Paraná.