Cuando visité Orlando por primera vez hace cuarenta años, Walt Disney World era casi todo lo que ahí había, y todo lo que había sólo incluía lo que ahora es El Reino Mágico (Magic Kingdom).
El Reino Mágico ya está en el proceso de expansión, pero las nuevas atracciones no estarán listas sino hasta el próximo año. El Reino acababa de abrir en 1971, cuando fui con aquellas pequeñas niñas que se convertirían en las madres de mis nietos. Las niñas querían ser de las primeras en visitar el nuevo parque.
En mi reciente visita pasé dos días y quería más en Epcot, uno de los cuatro parques temáticos que ahora tienen en Disney World. Quería más tiempo, pero también quería ver más de la Florida. A Walt Disney le hubiera desalentado este pensamiento. Pero por otra parte Walt no vivió lo suficiente para ver el mundo que lleva su nombre .
Como yo lo entiendo, Walt y su equipo fueron encantados con el éxito de la original Disneylandia en California, pero molestos por que no estaban recibiendo más beneficios de ella. Los viajeros estaban volando a Los Ángeles, especialmente para ver Disneylandia, pero luego se alojaban en hoteles de otras personas, compraban en las tiendas de los demás y pasaban tiempo en lugares de interés de otras personas.
Aprendiendo de sus errores, el equipo de Disney quietamente –muy quietamente – comenzó a comprar propiedades en el área de lagos en el centro de Florida. Con casas de invierno y Cyprus Gardens - un parque temático antes de que hubiera parques temáticos - la zona ya era un destino turístico importante.
Finalmente, el equipo de Disney se armó una finca del tamaño de San Francisco. Dentro de ella ahora están cuatro parques temáticos – el Magic Kingdom, Epcot, Hollywood Studios y Animal Kingdom - y cada uno requiere su propio boleto de admisión. Aparte, hay dos parques acuáticos donde las tasas de admisión son aproximadamente la mitad de lo que se cobre en los parques temáticos.
La tentación es la de burlarse y aparecer sofisticadamente cínico hablando de Disney, pero mientras yo estaba cojeando a lo largo de caminos sin fin, apretado en los coches de monorriel llenos de gente y descubriendo cuantas horas tienen que pasar antes de que mi FastPass podría ser utilizado, nunca vi a nadie que pareciera infeliz.
Nunca encontré niños chillando o parejas discutiendo. Algunas personas parecían estar un poco cansado, pero eso era todo. Se dicen que Disney World no es sólo la mayor instalación recreativa en el mundo, pero también el más visitado. Nadie llega a ser más visitado después de cuatro décadas a menos que esté haciendo algo muy bien.