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Categoría: Lo mas reciente

Hasta hace pocos meses el principal problema que se veía en el horizonte de la industria turística era la desaceleración económica nacional y mundial, así como la falta de confianza en las acciones del gobierno mexicano y la preocupación ante la falta de promoción turística.

Pero como siempre sucede con las crisis reales, de repente, sin avisar y casi de manera invisible, se dejó venir una crisis que ha afectado de manera muy severa a la industria turística de muchos lugares del mundo: el coronavirus.

Vale la pena hacer la pregunta: ¿esta crisis que ha llevado a la suspensión de muchísimos vuelos, cierre casi total de algunos destinos y muy severos daños a las economías del mundo, ha sido causada por el coronavirus, o por la reacción global ante el coronavirus? En otras palabras, ¿la enfermedad conocida como COVID-19 (llamada así por la siguiente razón: CO - tipo de virus, COrona; VI - por ser un VIrus; D - por ser una enfermedad, Desease en inglés, y 19 por el año en que fue identificado por vez primera: 2019) es realmente un monstruo apocalíptico que va a terminar con el mundo? Cuando se analiza la evidencia, la respuesta es claramente: no.

Los coronavirus, al igual que prácticamente cualquier virus, han estado en circulación desde hace siglos. Según los verdaderos expertos en la materia (no los que surgen de la noche a la mañana en las redes sociales, los periódicos, los noticieros de la tele y los programas mañaneros de radio) es muy probable que casi todos los humanos sean afectados por lo menos alguna vez en su vida por algún tipo de coronavirus. Es más, si alguien tiene gatos en su casa vive con un foco de posible infección porque es muy común que los gatos sean portadores de algún tipo de coronavirus.

COVID-19 es la enfermedad causada por el virus, no el virus mismo. El Comité Internacional de Taxonomía de Virus, encargado de asignar nombres a los nuevos virus, le dio el nombre de coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave, cuya versión acortada es SARS-CoV-2. Se le considera un virus "nuevo" porque tiene características propias, pero se sabe que es de la familia del SARS, que en el 2002 y el 2003 causó problemas de salud en varias personas y que desde entonces sigue afectando a gente cada año aunque ya no sea noticia, al igual que el H1N1 y todos los demás virus que afectan las vías respiratorias.

Como sucede con la mayoría de los virus que afectan las vías respiratorias, la gente que se puede ver severamente afectada por COVID-19 son los ancianos, los niños pequeños y los adultos que tienen otros factores de riesgo como presión alta o diabetes. Pero en realidad los efectos del COVID-19, según testimonios de personas que han sido afectadas por él, son similares a los de una gripe de mediana a severa.

Si este virus se hubiera presentado hace 17años, como el SARS, o hace 11 años, como el H1N1, la respuesta de los gobiernos y de la población en general seguramente hubiera sido muy diferente. Pero como vivimos en un tiempo en que las redes sociales fácilmente propagan información falsa y sensacionalista sobre cualquier cosa, y esas respuestas influyen en el ánimo de la población, y el ánimo de la población influye en cómo los gobiernos toman decisiones, lo que ha ocurrido es que se ha formado un pánico que es mucho peor que la epidemia de coronavirus misma.

Hace 17 y 11 años las respuestas ante el SARS y el H1N1 fueron bastante sensatas. la respuesta al COVID-19 está fuera de cualquier proporción en muchos lugares (cabe destacar que en México el subsecretario de salud ha explicado las cosas de manera clara y somera, lo cual es digno de comendarse.) No cabe duda que parte de la razón por una respuesta fuera de toda proporción se debe a lo fácil que es manipular noticias falsas en la actualidad.

Hablar de contener un virus de vías respiratorias que hasta donde se sabe es contagiado de persona a persona, pero también puede ser contagiado por animales, es una quimera. Este virus llegó para quedarse. Eso no lo decimos para causar pánico en la gente sino todo lo contrario, que se acostumbren a ver este virus "nuevo" como uno más de los que cada año, cuando se den las condiciones óptimas para su propagación, va a presentarse para afectar a algunas personas. Algunas serán severamente afectadas, la inmensa mayoría ligeramente afectadas, como sucede con la mayoría de los virus que atacan las vías respiratorias, pero el mundo no se va a acabar por esta enfermedad.

Esperemos que esta locura mediática termine pronto y los negocios turísticos y de otro tipo, en todo el mundo, puedan recuperarse rápidamente.