2020: un año de ajustes
2019 fue el primer año del nuevo gobierno mexicano. Hablando específicamente de turismo, se puede decir que fue un año de pruebas desde el punto de vista que se establecieron algunos conceptos, más bien ideológicos que económicos, que se supone van a dictar lo que se haga los próximos cinco años en la industria.
Por supuesto que dos puntos que destacan sobre los demás fue la suspensión del proyecto del NAIM y la cancelación del Consejo de Promoción Turística de México. El NAIM fue un proyecto que a pesar de estar manchado de una enorme corrupción y fallas de planeación desde su incepción, parecía que podría haber brindado a nuestra ciudad capital con un aeropuerto que compitiera a nivel internacional con cualquier otro.
Por su parte, el CPTM, a pesar de que en la administración de Calderón comenzó a usarse como el lavadero de dinero del gobierno (como dijimos varias veces en aquellos años, la manera en que se usaba el consejo permitía que el dinero se usara para actos partidistas, gubernamentales y hasta personales) y a pesar de que en el gobierno de Peña se siguió usando del mismo modo, era un instrumento que ayudaba a la promoción del país.
Ahora bien, la eliminación del NAIM no eliminó la necesidad de un aeropuerto de primer nivel, así como la eliminación del CPTM no eliminó la necesidad de promover al país. Esperamos que a partir de este año el gobierno tenga la suficiente humildad para aceptar que tal vez la cancelación de ambos fue precipitada, y es necesario que se busque un esquema para promover a México y para contar con un solo aeropuerto internacional en la Ciudad de México.
Sabemos que la iniciativa privada turística, al más alto nivel (léase CNET) se ha reunido con no solamente la Secretaría de Turismo sino incluso con otros personajes de la administración actual, para buscar una solución a la falta de promoción. Esperamos que los esquemas para aumentar ingresos que se están considerando se implementen y se logre contar con los recursos necesarios para la promoción de México.
No dudamos de las buenas intenciones de Sectur y del resto del gobierno en lo que se refiere al turismo, pero sabemos que un país no se promueve y no se mueve turísticamente a través de buenas intenciones. Esperemos que en este 2020 la promoción se reactive, de otra forma, el país pagará las consecuencias.
