Hace 100 años, Majestic Hotel & Spa Barcelona ya figuraba como el hotel más lujoso del destino, desde entonces ha mantenido su título defendiéndolo con aspectos de diseño, servicio y gastronomía, ofreciendo una experiencia elegante e inolvidable. Desde su apertura, el majestuoso edificio de estilo neoclásico francés se convirtió en auténtico símbolo de la ciudad por ser sede de importantes eventos culturales, políticos e históricos, hotel que fue visitado por la Reina Victoria Eugenia; los poetas Antonio Machado, León Felipe y Federico García Lorca; los pintores Joan Miró y Pablo Ruíz Picasso; la soprano Renata Tebaldi; o el Premio Nobel de literatura Ernest Hemingway.
Durante toda su historia ha sido propiedad de la familia Soldevila-Casals, quienes de generación en generación han mantenido el hotel en sus mejores condiciones renovándolo continuamente. Este año, se concluyó un ambicioso proyecto de remodelación de 33 millones de dólares que duró 4 años, pero perdurando su referente de estilo elegante y atemporal.
Pascal Billard, Director General de Majestic Hotel & Spa Barcelona; y Santiago Martín, Director de Relaciones Públicas y Comunicación de Majestic Hotel & Spa Barcelona, visitaron la Ciudad de México, para promover el hotel y sus servicios de alta gama a través de un festival gastronómico en el Club de Industriales, en el que Turistampa estuvo presente.
La propiedad, parte de The Leading Hotels of the World, cuenta con 271 habitaciones, de las cuales 45 son soberbias suites, cada una con terraza privada y jacuzzi. En cuanto a la gastronomía, recibió en 2018 el premio al Mejor Desayuno de Hotel de Europa en la XVI edición de los Prix Villégiature; y destaca su nuevo restaurante SOLC que se encarga de mostrar lo mejor de la cocina regional, ejecutada por el chef Luis Llamas, formado en algunas de las cocinas más reconocidas de España.
Los servicios únicos que ofrece Majestic Hotel & Spa Barcelona van desde disfrutar del día en la nueva terraza La Dolce Vita, relajarse en el distinguido spa; descorchar el vino que produce el hotel exclusivamente para sus huéspedes, Cau d’en Genís; o vivir experiencias a las que no se puede acceder normalmente, como conocer los archivos privados del museo Joan Miró, correr autos de lujo, o visitar el huerto del hotel para después cocinar de la mano del chef.
Por Ariadna Ramo
