Muy cerca de la costa de Belice se encuentra el segundo arrecife de coral más largo del hemisferio occidental, el cual es uno de los principales atractivos del destino, debido a que gracias a la transparencia de sus aguas, se puede practicar snorkel y disfrutar de los bellos coloridos de las especies que lo habitan.
Debido a los cambios climáticos, el océano ha aumentado su temperatura y acidez, lo que ha dañado los corales y la vida marina. Los habitantes de Placencia, costa caribeña de Belice, viven del turismo y la pesca, por lo que diariamente unen esfuerzos para conservar la belleza y vitalidad del arrecife.
La organización “Fragmentos de Esperanza” reforesta los corales a través de una técnica conocida como micro fragmentación, que consiste en extraer trozos de corales resistentes y de crecimiento rápido; luego de realizar cortes estratégicos, se regresan al mar para plantarlos en otro lugar. Alrededor del 80% de los corales plantados sobreviven, lo que atrae más peces en la región.
Así mismo, los habitantes practican la pesca sostenible que consiste en respetar las temporadas permitidas de acuerdo a las especies, además de evitar el uso de grandes redes que puedan dañar los corales. Por su parte, la pesca del pez león siempre está permitida, al ser un depredador natural de los peces que habitan en el arrecife.
Respecto al turismo, los tour operadores certificados son los únicos que cuentan con los permisos requeridos para poder practicar las actividades de buceo o snorkel en la zona del arrecife, promoviendo entre los turistas un trato respetuoso con el medio ambiente.
Estas medidas sustentables hacen de Belice uno de los destinos más comprometidos con el equilibrio entre sus atractivos turísticos y el cuidado y preservación de los ecosistemas.
