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Por Daniel Olivares Villagómez.

  • 50 aniversario de la llegada del hombre a la luna:
  • Los viajes que no se han realizado y que TURISTAMPA no ha podido reseñar.

Este mes de julio se cumplen 50 años de la llegada del hombre a la luna, gran acontecimiento en el contexto de la muy emocionante Carrera Espacial que protagonizaron los EEUU y la URSS en el marco de la denominada Guerra Fría. Esa carrera tuvo un primer hito en 1957, con el lanzamiento del “Sputnik 1”, primer satélite artificial, y continuó con las hazañas de haber colocado en órbita un ser vivo (la perrita Laika un mes después); El primer impacto no tripulado en la luna (Programa Luna de la URSS, 1959); el primer ser humano en el espacio (Yuri Gagarin en abril de 1961), y la primera mujer (Valentina Tereshkova el 16 de junio de 1963).

La Misión Apolo 11, fue impulsada por un enorme cohete polietápico con una altura similar a la de la Torre Latinoamericana, con una carga útil de apenas dos pequeños módulos, uno de Comando y el Lunar propiamente dicho, que asemejaba una araña debido a sus patas posaderas. Recientemente se desclasificó documentación que permitió conocer que un desperfecto en el Módulo Lunar estuvo a punto de frustrar el regreso al Módulo de Comando, desperfecto que fue solventado gracias al repuesto de un bolígrafo que llevaba el comandante Neil Armstrong. El presidente Nixon tenía preparados dos discursos, el que leyó saludando la hazaña, y el que por fortuna no tuvo que leer, homenajeando a los heroicos astronautas que habían perdido la vida en el intento.  

Estos datos curiosos se suman a uno más: En los 60´s, “Pan Am” creo una lista de espera para viajes a la luna, y tarjetas de pertenencia al "First Moon Flights Club", así como “vouchers” que en su momento podrían ser canjeables por un viaje a la luna, tan pronto como el servicio se iniciara. Cerca de 98,000 personas hicieron reservación y se supo de un individuo que intentó pagar un millón de dólares para asegurarse un lugar, aunque la aerolínea no aceptó el pago.

Las tarjetas no eran transferibles, y los tenedores debían mostrarlas para poder comprar los boletos propiamente dichos. Entre los recuerdos de infancia de este columnista está la presentación   hecha por “Telesistema Mexicano”, antecesora de TELEVISA, de una de esas tarjetas a nombre de Miguel Alemán, entonces uno de los principales accionistas. Ese recuerdo fue confirmado con el hallazgo de una nota de Robert E. Dallos, en el periódico “Los Angeles Times”, fechado el 10 de febrero de 1985. (“Pan Am has 90 002 Reservations: Public Interest Grows in Flights to the Moon.”)

La lista de espera de “Pan Am” para los vuelos a la luna se cerró en 1971, derivado de dificultades financieras que motivaron eliminar los costes administrativos que significaban las tarjetas. Hasta entonces, “Pan Am” distribuía esas tarjetas numeradas a cualquiera que las solicitara, habiéndose impreso 100,000.

Aparte la nostalgia, vale reflexionar en el hecho de que, aunque se ha avanzado en muchas áreas de la técnica, el sueño de los niños de aquella época, no se ha realizado: Muchos pensábamos que nuestra “luna de miel” iba a ser precisamente en nuestro satélite natural, al que íbamos a llegar en un vuelo interplanetario de “Pan Am” o de “TWA”, viaje previamente reseñado por TURISTAMPA, que a partir de noviembre de 1969 ya existía. La realidad es que, aunque ha habido intentos de “turismo espacial”, todavía se está muy lejos de lo que imaginábamos en 1969.  


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