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Alegre, elegante, colorido, tradicional, natural, ancestral, imponente, fresco, cultural, vivo…son los adjetivos que se me vienen a la mente cuando pienso en este multifacético país tan repleto de tantas cosas, que es difícil describirlo en una sola palabra, pero que si tuviera que hacerlo, se me ocurre que puede ser “espectacular” Si, espectacular, así es Ecuador.


No posee un territorio tan grande como otros países, apenas alcanza los 270,670 kilómetros cuadrados en donde viven unas 13 millones de personas. Su capital, Quito tiene el orgullo de poder decir que fue la primera ciudad en ser nombrada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1978 y este 2011 es además, Capital Americana de la Cultura.
Capital también de la provincia de Pichincha, esta vibrante ciudad se encuentra ubicada a 13 kilómetros al sur de la Línea Equinoccial, al pie del volcán Pichincha y a 2,805 metros sobre el nivel del mar, en la profundidad de un estrecho valle. Conviene recorrerla a pie para conocer su maravilloso tesoro colonial, no sólo a través de su bella arquitectura, sino también de sus pinturas, esculturas y tallados. Es como retroceder en el tiempo hasta los días de fundación el 6 de diciembre de 1534 con 204 colonos españoles quienes decidieron establecerse y hacer de ésta su hogar.
Sin embargo, los orígenes de Quito van más allá en el tiempo. Los conquistadores españoles aún no habían pisado estas tierras cuando habitaban los Quitus, una tribu de la civilización Quechua, en una franja de terreno que iba desde lo que hoy se conoce como el cerro de El Panecillo en el sur, hasta la Plaza de San Blas, en el centro. Sin embargo los rastros prehispánicos desapa­recieron con la llegada de los españoles, porque el guerrero indígena Rumiñahui prefirió prender fuego a la ciudad, arrasando así con los templos incas, antes que entregarla a los conquistadores.


Las misiones católicas que se asentaron, construyeron edificios monumentales durante el siglo XVI, entre ellos se encuentran los templos de San Francisco, Santo Domingo, San Agustín y la Catedral. Hoy en día los visitantes pueden apreciar los interiores de estos templos, que se han convertido en verdaderos museos en donde se observan piezas maestras de escultura y tallados de madera pertenecientes a la Escuela Quiteña. Esta es una de las razones por las que Quito ha sido llamada “Florencia de América”. Según el Municipio, Quito posee el centro histórico más grande, mejor preservado y menos alterado del continente. Y si bien tiene un sabor añejo, también es una capital pujante y moderna con su centro financiero y es sede de las principales empresas nacionales y extranjeras.


Indudablemente, si de entretenimiento se trata, el sitio ideal en la ciudad, es el barrio de La Mariscal, con su extensa lista de alternativas para comer, comprar y bailar. Es punto de encuentro de gente de todas las edades. La Mariscal ofrece diversas opciones de hospedaje a través de sus hoteles y hostales, diferentes opciones gastronómicas por medio de sus restaurantes no sólo de cocina ecuatoriana, sino también de corte internacional. La zona cuenta además con agencias de viajes, escuelas donde se enseñan pasos de bailes latinos, hay tiendas de artesanías y otros objetos, así como de ropa de marca.
Otro de los lugares interesantes en la ciudad es la calle de La Ronda, donde un brazo gigante sale de una ventana dando una especie de divertida bienvenida. A lo largo de la calle están instalados juegos, de esos que la gente de mi generación jugaba cuando niños, pero que los chicos de hoy ni saben que existen: rayuela, avioncito, tiro al blanco… quizás sea por eso que una placa en un muro dice “Calle de La Ronda. La eternidad es tuya, los siglos no rebasan tus límites austeros de calleja escondida. Generaciones llegan, generaciones pasan y eres como una vía láctea sobre la vida.” Palabras del poeta quiteño Hugo Alemán.
La ciudad cuenta con otros barrios, como Guápalo, con su ambiente bohemio, o la acogedora loma de San Juan y la festiva Floresta, se antoja dar un paseo por La Florida, Rumipamba, Chimbacalle y Cumbayá, por mencionar algunos.
Muchos son los museos en la ciudad, pero uno de ellos que resulta especialmente interesante es La Capilla del Hombre, se trata de un museo de murales, la más importante obra de Oswaldo Guayasamín, dedicada a la integración de los pueblos, es homenaje a la paz y a la defensa de los derechos humanos.


Quito es reconocida como una de las regiones más biodiversas del Ecuador y a su vez, es el país con más diversidad biológica del mundo. A tan sólo dos horas de la capital, se encuentra una asombrosa variedad de hábitats y ecosistemas: desde nieves perpetuas en las cumbres andinas, hasta verdes y fértiles valles tropicales, lagos y lagunas en las alturas, bosques nublados y húmedos tropicales, aguas termales que brotan de suelos volcánicos, bosques nativos e incluso pinos y eucaliptos.
Por si esto fuera poco, cabe recordar que Ecuador es el centro del mundo. Cientos de años después de que los indígenas de este país establecieron a Catequilla como la mitad del mundo, una expedición francesa llegó para confirmar geográficamente el centro medido. El equipo especialista demoró casi ocho años colocando sus marcadores de pequeñas pirámides a lo largo del campo andino y hoy en día el famoso monumento de la Mitad del Mundo marca la línea ecuatorial, el centro de la Tierra. Se trata de un globo terráqueo decorado con una cinta plateada que representa el Ecuador. Sin embargo, a no mucha distancia de ahí hay otro monumento dentro de un museo, el Intiñan, en el que juran y perjuran que esa es justo la mitad del mundo.


Este país de innumerables paisajes, ofrece una oferta turística bastante extensa, además de Quito, cuenta con otras interesantes ciudades, como Guayaquil, que no tan sólo es la urbe más grande del país, sino que es sede también el mayor puerto. Se localiza en la costa sur y bien puede tomarse como base para recorrer toda la región.
La ciudad es rica en historia y debe su nombre al guerrero indígena Guayas y a su esposa Quil. Estando en Guayaquil es recomendable trasladarse a Salinas, ubicado a pocos kilómetros. El lugar cuenta con hermosas playas y una oferta gastronómica de primera.
A media hora de vuelo desde Quito, se encuentra Manta, otra joya de ciudad, se trata del segundo puerto del país. Aunque si uno va por poco tiempo a Ecuador, lo que no debe perderse es la visita a Cuenca, una preciosa ciudad nombrada por la UNESCO como monumento histórico de la Humanidad. Recorrer sus callecitas es un placer, mientras uno disfruta la brisa puede observar todas esas fachadas antiguas y dejarse envolver por su ambiente colonial. Cuenca es famosa por la manufactura de sombreros de paja.


Bueno, puedo pasarme este reportaje hablando de las bellas ciudades ecuatorianas, pero también vale la pena mencionar a sus pequeños pueblos, como Loja u Otavalo, en donde montan un mercado multicolor, lleno de aromas y texturas diferentes. Ahí encuentra uno desde las más primitivas artesanías, hasta hermosas acuarelas y bellos textiles; en otra sección del mercado los habitantes compran sus verduras y sus carnes para el día.
Cerca de Otavalo se levanta imponente el volcán Cotopaxi, con sus nieves perpetuas. Escalarlo es todo un reto y cómo no va a serlo si estamos hablando del volcán activo más alto del mundo con sus 5,897 metros. El volcán se encuentra dentro del Parque Nacional Cotopaxi.


Además de hoteles, en Ecuador es muy común el hospedaje en haciendas. Hay una gran oferta de esta clase y también es una buena forma de conocer el país. Entre ellas mencionamos a Cusín, Zuleta, Pinsaquí, Guachalá y La Alegría.
Sin lugar a dudas, la cereza del pastel de Ecuador son las famosas Islas Galápagos. Aquí si se recomienda ir con tiempo  para tomar un crucero que lo lleve a uno a visitar exhaustivamente estas islas. Es emocionante encontrarse con esa fauna que la habita y el paisaje es inmenso y bello. Indiscutiblemente es un lugar muy especial.
A donde quiera que se vaya en Ecuador, uno va a encontrar cultura, diversión y un paisaje maravilloso. Su gastronomía es otro de los aspectos interesantes, por su variedad y su sabor y todo esto en conjunto hacen que Ecuador sea un país realmente espectacular.
Por: Laura Ibarra


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