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  • Se debe contar con estudios serios de factibilidad
  • Una demanda real que sea atractiva a las aerolíneas

Por Víctor Manuel Bermúdez

En el sexenio lopezportillista se jactaba el gobierno de tener una red de 65 aeropuertos considerada en ese entonces como una de las más grandes e importantes del mundo, los aeródromos se construían conforme a la cercana amistad que cada gobernador tenía con el presidente, así mismo se solicitaba que diera la orden para que operará el destino cualquiera de las dos aerolíneas nacionales existentes en aquella época, AM y CMA.

Recuerdo que el vuelo de la Ciudad de México a la ciudad de Uruapan lo inauguramos en tres ocasiones distintas con Aeroméxico, el de Poza Rica en dos –el líder de los trabajadores de tierra era originario de ese lugar- el de Loreto una cosa similar, en tanto con Mexicana de Aviación fuimos en dos ocasiones a inaugurar la ruta a Ciudad del Carmen, otras tantas a Saltillo.

El vuelo inaugural de Aeroméxico también desde la capital del país a Aguascalientes, se llevó al cabo por la amistan entre López Portillo y el gobernador Rodolfo “Güero” Landeros. Con CMA acompañamos a su director don Manuel Sosa de la Vega al vuelo inaugural al aeropuerto chiapaneco de Ocozocuautla, construido por capricho, del entonces mandatario local doctor Manuel Velasco, - por cierto, debido a una intensa neblina, tras dos intentos, no pudimos aterrizar y nos desviaron a Oaxaca-.

Durante el gobierno federal siguiente a cargo de Miguel de la Madrid, nos tocó realizar la gira para la inauguración del aeropuerto de Tlaxcala, siendo el gobernador Tulio Hernández y la primera dama, su esposa la actriz Silvia Pinal, no hubo vuelos de itinerario fijo.

Esta remembranza viene a colación debido a que AMLO perece estar repitiendo la historia al querer construir varios puertos aéreos a destinos que no tienen los estudios de la demanda que debe ser suficiente para contar con vuelos comerciales.

Le prometió al gobernador hidalguense Omar Fayad, la realización del Proyecto Tizayuca, en una gira por la huasteca potosina, hizo lo mismo con los habitantes de Ciudad Valles a quienes les garantizó que contarían con un aeropuerto.

Creo que al primer mandatario lo están engañando con que las construcciones de varios aeropuertos nuevos y la remodelación de la aeroterminal en el “Benito Juárez”, el de Toluca y la Base Aérea de Santa Lucia, con lo cual se ha dicho que “estaremos en condiciones de sustituir al cancelado Texcoco”.

Es importante señalar que, con respecto a la decisión de Santa Lucia, no había ningún proyecto, fueron solo ocurrencias, hasta ahora se encargó el Plan Maestro -hecho a la medida- a la empresa francesa Aeropuertos de París.

En aviación no se puede estar haciendo “planes en el aire”, la seguridad es cosa seria, de ahí, haber optado por cerrar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), mismo que contó con todos los estudios necesarios, avalado por los expertos nacionales e internacionales como la obra que nuestro país necesitaba para su proyección futura.

Ha trascendido que José Ma. Rioóbo el constructor favorito de la 4T, autor de la teoría “los aviones no pueden chocar, se repelen”, cuya esposa fue premiada como ministra de la Suprema Corte, pero además el ilustre ingeniero participó en la licitación para construir las pistas del NAIM en Texcoco, misma que no ganó.

Algunos se preguntan ¿qué hubiera pasado de haber resultado ganador de la licitación del proyecto Texcoco, también habría recomendado su cancelación y se hubiera inclinado por Santa Lucía?

Otra prueba de las ocurrencias del experto en estructuras fue que durante los debates televisivos sobre los proyectos NAIM y Santa Lucía, llegó al grado de presentar la Terminal 2 del Benito Juárez, como el estudio desarrollado para la base aérea.

Podemos llegar a la conclusión de que el Ejecutivo Federal fue seducido por sus cercanos colaboradores para hacer que cancelara el aeropuerto en Texcoco y se inclinara por el aeródromo militar como complementario al AICM y al de Toluca, no obstante todas las opiniones de expertos del sector aeronáutico que han manifestado su rechazo a ese proyecto por considerarlo oneroso y de corto alcance amén de difícil operatividad.

Con ello coinciden todas las voces de que la cancelación del NAIM retrasará la aviación en nuestro país por lo menos dos sexenios, además de las afectaciones al turismo, la carga aérea y el hub internacional que representaba el proyecto Texcoco como generador de divisas al país.


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