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El Nuevo Aeropuerto CDMX: Puntos Opuestos

Un tema cada vez más candente es el del Nuevo Aeropuerto de la CDMX y de seguir así las cosas, podría ser fundamental para decidir el voto de muchas personas, sobretodo de hombres y mujeres de negocios que ven con mucha preocupación el desarrollo político de este tema.


El punto de vista de muchos se puede resumir en algo declarado por la IATA en el siguiente sentido:

La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) enfatizó su compromiso de apoyo a la construcción del nuevo aeropuerto internacional en la Ciudad de México. El proyecto fue lanzado en 2014 y reemplazará al actual Aeropuerto Internacional Benito Juárez.
"El actual aeropuerto está a punto de reventar. Sirve a 47 millones de pasajeros, casi un 50% por encima de su capacidad máxima: 32 millones. El nuevo aeropuerto es vital para que la Ciudad de México pueda aprovechar todo el potencial de su excelente localización geográfica entre América del Norte y América Latina", dijo Peter Cerdá, vicepresidente regional de la IATA para las Américas.
La aviación cumple un papel imprescindible en el desarrollo económico de México. En la actualidad, el sector de aerolíneas genera 1 millón de empleos y supone el 2,9% del PIB nacional, procedente, en parte, de los turistas extranjeros que llegan por vía aérea. Pero las infraestructuras deficientes de su capital socavan la capacidad del país para aprovechar los beneficios de la conectividad aérea, tanto a nivel regional como mundial, según un reciente estudio de la IATA.
El estudio destaca la escasa integración del país en la red mundial de rutas aéreas, en contraste con su extensión. Esto impide que México aproveche al máximo las ventajas que podría obtener con infraestructuras adecuadas, y lo sitúa a la zaga de países con mercados nacionales mucho más pequeños, como Panamá, la República Dominicana, Colombia, Perú y Chile (i).
El informe de la IATA identifica, también, las enormes pérdidas para el país si las infraestructuras no se desarrollan en consonancia con el ritmo de la demanda de conectividad aérea. Sin el nuevo aeropuerto, México podría perder hasta 20 millones de pasajeros al año en 2035 y el correspondiente impacto negativo sobre el PIB y el empleo, con pérdidas de hasta 20.000 millones de dólares y 200.000 empleos, respectivamente, para ese mismo año.
"Con su numerosa población, su enorme atractivo para los negocios y el turismo, y sus ventajas geográficas, la Ciudad de México tiene el potencial de desempeñar un papel mucho más importante en el escenario mundial. Pero para que eso suceda, las infraestructuras aéreas deben ser adecuadas y asequibles. Es vital que el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México se construya según lo planeado", dijo Cerdá.
El otro punto de vista puede resumirse en lo compartido por uno de los asesores más cercanos a AMLO en materia turística, Miguel Torruco:

La Construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, en los llanos salitrosos del antiguo Lago de Texcoco, está convirtiéndose en la representación más bestial del ejercicio de la corrupción y la opacidad en México. Y nadie en el gobierno de Enrique Peña Nieto, ni en las filas del PRI y PAN –los partidos que por antonomasia han apoyado al régimen en cuanto a lo que ya es la obra faraónica del sexenio-, no han salido a dar la cara de manera abierta, mediante la presentación de los contratos.
De hecho, es lo que ha exigido Andrés Manuel López obrador desde la semana pasada, cuando, en entrevista con un diario capitalino, dijo que pedirá al presidente Peña que detenga la construcción del nuevo aeropuerto una vez se le declare triunfador de la elección presidencial en cierne, y que ordenará la revisión de todos los contratos que ha firmado el gobierno de Enrique Peña Nieto con particulares.
La enorme posibilidad de que López Obrador sea el nuevo presidente de la República a partir del 1 de diciembre próximo ha puesto en la picota al gobierno actual y colocado bajo un nerviosismo nunca visto antes a personajes de la iniciativa privada considerados como unos verdaderos dueños del dinero.
Tan luego se posicionó López Obrador sobre el asunto, respingó el Consejo Coordinador Empresarial. Y entonces este organismo y el equipo del candidato de Morena acordaron instalar una mesa de trabajo sobre la construcción del nuevo aeropuerto, en la que también participase el gobierno federal.
La gravitación de Amlo sobre la vida nacional es inédita en un candidato opositor a la presidencia de la República. La enorme influencia que está demostrando para fijar agenda política es, ni más ni menos, el reflejo de la sombra de gigante histórico que tiene el tabasqueño.
A pesar del hermetismo con que el gobierno de Peña se mueve en el caso de la construcción del nuevo aeropuerto, han comenzado a salir datos sobre el manejo de los dineros y nombres de quienes actualmente se benefician con contratos que fueron otorgados por adjudicación directa.
Los personeros del gobierno de Peña, en el comienzo del sexenio, dijeron que la obra costaría un promedio de 13 mil 500 millones de dólares, que en la conversión de hace cinco años equivalía a poco más de 150 mil millones de pesos.
Sin embargo, con la devaluación del peso frente al dólar estadounidense el año pasado, el costo proyectado ascendió a más de 250 mil millones de pesos.

El texto continúa pero nos falta espacio. Nosotros presentamos la información y ustedes pueden sacar sus conclusiones.


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