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Categoría: Alrededor del turismo

Generalmente los pasajeros de primera clase son ejecutivos, altos jefes que exigen este beneficio como parte de los lujos que se merecen. Algunos ejecutivos de ventas insisten en volar en primera clase aun cuando tengan que pagar la diferencia de su propio bolsillo.
“Nadie te asegura que te toparas con un nuevo cliente  cada vez que viajes en primera, pero hay mucha mas oportunidad de que así sea que si lo haces en la clase económica,” opina un comerciante activa en la compra-venta de objectos de arte. “Y aun  si no se hace ningún buen contacto, la gente de primera es mucho mas interesante que lo pobres de atrás del avión.”


Viajar en primera clase es definitivamente más cómodo, aunque cuanto mas cómodo depende del destino al que se va. “Las aerolíneas tratan de vencerse unas a otras en los vuelos transoceanicos,” comenta Michelle Richmond una ex-azafata.  “La situación se vuelve muy competitiva. Y olvida los vuelos de Houston a Cancún; estos casi siempre  van ocupados por  pasajeros que vuelan gratis usando sus puntos de viajero frecuente y que no son a quienes las aerolíneas tratan de impresionar.  En los destinos de vacaciones, el servicio es mínimo.”  
Esto resulta curioso si pensamos en que  los puntos de viajero frecuente generalmente son otorgados a viajeros de negocios que son los favoritos de las aerolíneas.
Como es la empresa para la que trabajan la que les compra los boletos, es poco común que busquen la mejor tarifa.  Lo que les interesa es llegar a donde ellos quieren en el momento en que así lo requieren, y en estos tiempos tienden a favorecerá la aerolínea que ofrece  un programa mas generoso para el viajero frecuente.
Sin embargo, si existe un mostrador especial para atenderlos a su llegada al aeropuerto. Y si así lo desean, pueden subirse primero al avión, lo cual hace que su situación privilegiada resulte obvia para los que en camino a la parte posterior del avión los miran cómodamente sentados leyendo un periodico.
Mejor aún: a los pasajeros de primera nunca  se les deja sin lugar cuando hay más pasajeros que asientos disponibles. Y en el poco probable caso de que un vuelo se demore, ellos serán los primeros en recibir pases para cenar en un restaurante o para pasar la noche en un hotel cercano al aeropuerto.
Para cualquiera que piense así, primera clase resulta una inversión inteligente. El dinero es lo que hace azul a un príncipe, y solamente los príncipes con dinero viajan en Primera.