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Categoría: Editorial

IPW 2016: ejemplo de colaboración turística entre gobierno e iniciativa privada

Hace unos días concluyó el International Pow Wow que se llevó a cabo en Nueva Orléans. En este evento participaron más de seis mil participantes de 73 países, incluyendo 1,300 compradores de turismo de Estados Unidos y el resto de mundo y más de 500 representantes de los medios de comunicación tanto nacionales como internacionales.


En el evento se exhibió el producto turístico de los Estados Unidos en 1,352 pabellones. Se calcula, según un reporte independiente de Rockport Analytics, que el evento producirá cuatro mil setecientos millones de dólares en reservaciones directas a los destinos de Estados Unidos durante los próximos tres años.
Sobre el destino sede, se considera que el efecto de este evento sobre la economía local se extenderá hasta por tres años. Durante ese tiempo se generará un impacto económico de 1,700 millones de USD y un aumento de un millón de visitantes a Nueva Orléans.
El evento fue todo un éxito, y un ejemplo de cómo debería ser la colaboración entre el gobierno y la iniciativa privada cuando se trata de turismo. En el evento se vieron muchas cosas que contrastan con la manera en que se realiza el Tianguis.
Por ejemplo, aunque la iniciativa privada de los Estados Unidos está muy agradecida con la administración del presidente Obama debido al apoyo que ha dado al turismo, en ningún momento durante el evento se ofrecieron discursos mesiánicos que engrandecieran sobre medida la imagen del presidente Obama.
Las personas del gobierno de Estados Unidos que participaron en el evento, durante sus discursos, se enfocaron en detalles del turismo y no en engrandecer la imagen de gobernantes.
Sabemos que en México se hacen las cosas de manera muy diferente. Cuando hay un evento como el Tianguis, los funcionarios del gobierno que ofrecen discursos se dedican a engrandecer la imagen del presidente y no dejan de agradecerle por la bonanza turística, como si el presidente en turno realmente fuera responsable de los buenos resultados turísticos.
Por su parte, la iniciativa privada, con honradas excepciones, también se dedica a criticar en privado a los funcionarios, pero en público buscan el “selfie” con las autoridades para presumir que estuvieron con el presidente, el secretario, el gobernador o el funcionario en turno.
Las asociaciones turísticas de México, de igual modo, se dedican a alabar a los gobernantes y cuando llegan a presentar alguna crítica lo hacen de manera velada y débil. Muchas veces eso lo hacen sin pensar que alabar lo mediocre tarde o temprano les va a afectar.
En Estados Unidos, por lo menos en la administración de Obama, el gobierno ha tenido la sensibilidad de apoyar con legislación a la industria turística, y entonces se ha hecho de lado para que los que saben realmente, los ejecutivos turísticos, se dediquen a hacer su trabajo. Además, cuando la iniciativa privada critica al gobierno, lo hace sin temor a consecuencias.