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Categoría: Análisis Turístico

• Monopolios y capitalismo de compadres.   
• El gobierno al servicio de Televisa.
• El impacto en el turismo y la aviación.

En los últimos meses hemos visto como ha escalado una confrontación de intereses entre dos grupos monopólicos definitivos en la economía mexicana: El grupo Televisa, que controla cerca del 70% del negocio de la televisión abierta y de la televisión de paga mediante  Sky y Cablevisión, compañía esta última que también ofrece telefonía e internet (lo que en el argot de las telecomunicaciones se ha venido llamando el  “triple play”). También tiene Televisa Radio con varias estaciones a lo largo del país. Adicionalmente Televisa tiene su propia editorial de revistas del espectáculo y de sociales, sus equipos de futbol, sus casinos “Playcity”, sus sistemas de sorteos “Multijuegos”, y ha incursionado en la aviación mediante Volaris. Otros vínculos de Televisa van desde una empresa refresquera como la productora de “Jarritos”, hasta mueblerías como “Famsa”.  Los socios y/o parientes de los socios de Televisa tienen propiedades hoteleras incluyendo el Grupo Posadas, de Gastón Azcárraga, quien ha sido insistentemente señalado como  responsable de la debacle y desangrado financiero de Mexicana de Aviación, lo que lógicamente ha favorecido a Volaris e Interjet, empresa esta última propiedad de Miguel Alemán Magnani, nieto del presidente de la República Miguel Alemán Valdés, quien fuera impulsor de la televisión durante su sexenio a favor de Emilio Azcárraga Vidaurreta y de él mismo, pues los Alemán fueron durante mucho tiempo accionistas importantes de Televisa.

Junto al grupo Televisa se tiene al Grupo Salinas, impulsado sospechosamente durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, quien lo dotó de los canales de televisión 13 y 7 que habían sido operados por el estado a través del Instituto Mexicano de Televisión, el cual fue desaparecido para que, cómodamente, e incluso mediante supuestos y sospechosos préstamos del “Hermano Incómodo” del presidente Salinas de Gortari,  Salinas Pliego se hiciera dueño de la segunda empresa de televisión del país, que se sumaría a sus tiendas Elektra, sus equipos de futbol, su Banco Azteca, su telefonía celular Unefón-Iusacell, sus editoriales de revistas del espectáculo y de actualidad, otro canal de televisión (el 40), así como otros negocios varios.
El llamado “duopolio televisivo” formado por los grupos Televisa y Televisión Azteca, que durante algún tiempo durante el zedillato se enfrentaron acremente, ahora se han unido al gobierno federal para enfrentarse al Grupo Carso, del poderoso e influyente Carlos Slim, catalogado como el hombre más rico del planeta y cuya diversificación en empresas y actividades es casi innumerable: Recibió sospechosamente también durante el salinato la telefónica Telmex, asegurando un monopolio que todos los días le representa jugosísimas ganancias junto a Telcel, Banco Inbursa, Sanborn´s, Sears, Mixup, intereses en la principal tabacalera, constructoras, y un sinfín de negocios diversos que incluyen o han incluido grupos hoteleros como Calinda, productores de cables como Condumex y un largo etcétera.

El cogollo del conflicto entre Slim y el duo Azcárraga-Salinas Pliego, es que el duopolio televisivo teme la entrada de Carso en la escena televisiva: No quieren que Slim les ponga enfrente una cadena nacional de televisión abierta, pues se han acostumbrado a repartirse el pastel publicitario sólo entre ellos dos, y ven con pavor que mediante un convenio con Multivisión el empresario libanés ha tenido un gran éxito en colocar el sistema “Dish”, de televisión satelital, a precios que rompen el tradicional monopolio de televisa. Por el momento hemos visto como el gobierno calderonista ha jugado de comparsa de Televisa y TV Azteca: Ha impuesto una mega-multa a Telmex-Telcel por prácticas abusivas en la interconexión, pero se hace de la vista gorda ante la evidente confabulación monopólica que han tramado TV Azteca y Televisa para excluir al Grupo Carso de la publicidad en sus canales de televisión abierta.
Los efectos para el consumidor en general, y para los negocios turísticos en particular, de este duelo entre gigantes monopólicos, acostumbrados al capitalismo de compadres, a no competir y a beneficiarse del tráfico de influencias, serán interesantes y complejas: A nivel de la aviación vemos como el gobierno federal una vez más le hace el juego a Televisa y hace todo lo posible por ahogar a AVIACSA y a Mexicana de Aviación en beneficio de Volaris e Interjet, lo cual ha hecho que las tarifas de aviación nacionales hayan subido cerca de un 50%, pues la aparente competencia entre Interjet y Volaris parece ser más una ilusión que algo real, si nos atenemos a la confor­mación de sus respectivos consejos de administración, muchos de cuyos miembros han estado desde luego vinculados a Televisa.
En el escenario de las telecomunicaciones, vitales para la actividad turística, debe verse con una luz de alerta el convenio entre Televisa y TV Azteca para que en conjunto operen con Iusacell, pues esto conlleva la intención clara de unirse: Al final de cuentas las dos compañías televisoras manejan los mismos contenidos embrutecedores y defienden los mismos intereses, en sintonía con los gobiernos panistas que se han cansado de favorecerlos mediante concesiones, permisos, ”decretazos”, “leyes televisas” y demás artilugios típicos del capitalismo de compadres, en donde el gobierno federal teme a las televisoras pues serán determinantes en el proceso electoral del próximo año.
Así que si las facturas de los negocios turísticos se ven incrementados en los próximos años por efecto de mayores costos en telefonía, internet, publicidad radial, televisiva o impresa, tarifas aéreas, etcétera ya sabremos porqué. Pues al final y como los buenos “gangsters”, los monopolios tienden a unirse: La historia nos enseña que en materia monopolística se sigue fielmente el precepto creado por los capos de Chicago allá en los años ´30: “Si no puedes vencerlo, únete a él”. El fuerte enfrentamiento que vemos hoy puede ser el preludio de una asociación entre los tres grupos: ¿Cuánto tardará el enfrentamiento antes de que Azcárraga, Salinas Pliego y Slim se sienten a negociar la conformación de un mega-monopolio en televisión, telecomunicaciones, aviación, hotelería, y otras ramas económicas, en beneficio de sus intereses y en perjuicio del consumidor y de la actividad turística?