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Sinduda, uno de los países que más llaman la atención de los viajeros del mundo es La India, y no sólo por su misticismo y las creencias de la gente, sino también por esas diferencias tan marcadas que uno encuentra a cada paso durante la visita a aquél lejano país.
Tan grande como su territorio también es su diversidad, en él se entremezclan las diferentes castas sociales que lo habitan. Asimismo diversos son sus atractivos, tanto que la UNESCO no ha podido dejar pasar de largo a unos, no pocos por cierto, de sus monumentos históricos. En este reportaje traeremos hasta el lector precisamente estos monumentos.


Si bien lo más emblemático de La India es el majestuoso Taj Mahal, tampoco es lo único con lo que el país puede sentirse orgulloso. ¿Qué tal el Parque Nacional de Nanda Devi? Ubicado al norte de la provincia de Uttar Pradesh, literalmente a dos pasos de la frontera con China, este lugar debe su nombre a la montaña homónima y que significa “morada de los dioses”. Fue abierto en 1982,  abarca 63,000 hectáreas y su paisaje de montaña himalaya es única. Cuenta con picos de más de 6,400 metros de alto, glaciares y nieves eternas. A este parque se accede desde la aldea de Lata. Estando ahí es fácil sentir que la vieja leyenda del Yeti, cobra vida.
En la costa suroeste del país y bañada por el Mar Arábigo, se encuentra la ciudad de Goa, donde hace cientos de años fueron edificadas iglesias y conventos de la fe católica de estilos manuelinos, manierista y barroco portugués, que en los siglos XVI y XVII se mezclaron con la cultura hindú.
Goa fue edificada por Alfonso de Alburquerque, quien desembarcó en 1510 en lo que hoy es la ciudad de Panjim. A partir de 1565 Goa se convirtió en la capital de las indias portuguesas, fue centro misionero y comercial antes de ser abandonada en el año de 1760 debido a una epidemia de malaria. Actualmente es un conjunto monumental cargado de historia. Es una especie de ciudad-museo en la que junto a sus monumentos civiles y sus típicas calles destacan sus templos y monasterios. De todos ellos sobresalen la iglesia de Santa Catalina, la iglesia y convento de San Francisco de Asís con su pórtico estilo manuelino y la catedral de la inmaculada concepción con su elegante fachada y otras más que le hacen al visitante olvidarse por un momento que aún con toda esa riqueza arquitectónica de occidente, está en La India.


En otro lugar del país, en el Valle de Tungaghadra, concretamente en la ciudad de Hampi, capital de Vijayanagar, último de los grandes reinos del sur de La India, fueron edificados hermosos palacios y templos que causaban la admiración de los viajeros que la visitaban. Monumentos que aún hoy en día pueden contemplarse, como el templo de Pampati, supuestamente una de las encarnaciones de Siva, a quien se consideraba la diosa tutelar de la dinastía. Por su parte, los templos de Romachandra y Hazara Rama se cuentan entre las más extraordinarias construcciones de La India. Destaca también el templo de Vittala, una obra maestra de la ciudad.
Cuando sus clientes visiten La India, recomiéndeles ir a conocer los monumentos budistas de Sanchi, ubicados al centro del país en la provincia de Madhya Pradesh, pues no sólo es el santuario budista más antiguo del subcontinente indio, sino también la más cabal representación en piedra del budismo hinayana. Su importancia está estrechamente ligada a la influencia del emperador Asoka, el unificador de La India. Sanchi se convirtió rápidamente en un importante centro de peregrinación budista. En el siglo II a.C. fue capital de la dinastía Sunga.

Otro Parque Nacional en donde la gente de la UNESCO puso los ojos, es el de los Sindarbans, que se encuentra al este del país, justo al norte de la bahía de Bengala. Tiene una extensión de 10 mil kilómetros cuadrados, de los cuales 5,980 están en La India y el resto en Bangladesh. Forman parte del mayor delta del mundo, de 80 mil kilómetros cuadrados, formados por los sedimentos depositados por tres grandes ríos: el Ganges, el Brahamaputra y el Meghna que se unen en el golfo de Bengala. El Parque Nacional constituye el corazón de la reserva de tigres de los Sundarbans. Otro de sus habitantes es la cigüeña de cuello negro y entre los mamíferos marinos que se acercan a las aguas del litoral se encuentran el delfín ciego del Ganges, también el delfín Irrawaddy y el delfín jorobado indopacífico. En términos generales, los Sundarbans constituyen uno de los refugios más importantes para la vida salvaje de todo el subcontinente indio.
Llamadas Grutas de Elephanta, este interesantísimo lugar ubicado en el estado de Maharashtra en la isla de Gharapuri, a unos diez kilómetros al noreste de Bombay, es una visita obligada en la región. Fueron construidas entre los siglos VI y VIII de la era cristiana y son uno de los conjuntos rupestres más espectaculares de La India. Se dividen en dos grupos, de forma tal que al este se encuentra la colina de la Estupa, denominada asó por la presencia en su cima de un pequeño monumento budista hecho en ladrillo, alberga dos grutas, una de ellas inconclusa y varias cisternas. Al oeste se localiza el conjunto más importante formado por cinco santuarios rupestres hinduistas, su gruta principal es universalmente famosa por el conjunto de esculturas en honor a Siva que allí se encuentran.
Otras grutas, muy conocidas también son las de Ellora, éstas se encuentran también en el estado de Maharashtra. Aquí las tres grandes religiones de La India budismo, hinduismo y jainismo, se fusionan compartiendo espacio. Ellora está formado por 34 cuevas artificiales, excavadas a lo largo de 900 años. Constituyen un buen testimonio de la compleja “espiritualidad” india y significan una de las más depuradas obras del arte que floreció en esta región de gran acento cultural. A pesar de que fue abandonado en el siglo XIII, continuó siendo visitado por peregrinos y admirado por los viajeros, incluso durante los siglos de dominio musulmán. Las Grutas de Ellora constituyen una de las últimas manifestaciones de los santuarios rupestres de La India antigua.


En la mística ciudad de Nueva Delhi, uno de los monumentos que hay que visitar es la Tumba de Humayun, quien era descendiente de Timur e hijo de Baber, segundo emperador mogol. Ocupó el trono en 1530 y su tumba significó un gesto de piedad y afecto por parte de su primera esposa, Haji Begam, pues no fue sino hasta 14 años después de su muerte, que ella ordenó al arquitecto Mirak Mirza Ghiyas la construcción de un mausoleo que recordara al segundo emperador mogol, para lo que invirtió la suma de un millón y medio de rupias. La tumba se encuentra situada en el centro de un gran jardín y el mausoleo sobre una alta plataforma en terraza con pequeñas habitaciones con arcadas sobre los lados. Una verdadera belleza.
Bueno, pues llegamos al final de este recorrido por los algunos de los más bellos monumentos y lugares de La India, aún falta mucho por recorrer, pero ya con esto ¿a quién no se le antoja hacer las maletas y tomar un avión para irse a La India?. Bueno, y eso que ni siquiera hablé del famoso Taj Mahal, que es punto y aparte.
Por Laura Ibarra


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