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Categoría: Editorial

Tecnología: No Perder la Perspectiva

Una de las áreas que ha crecido enormemente en importancia durante los últimos años es la computación y su aplicación en prácticamente todos los campos de la vida.
Parece que cada día se producen nuevos sistemas, nuevo equipo, nuevas aplicaciones, que hacen que las maravillas técnicas del día anterior resulten obsoletas y anticuadas.
En la medicina, la música, la arquitectura, el periodismo, y por supuesto el turismo, continúan desarrollándose sistemas y programas que son causa de emoción y expectación para algunos, y de medio y angustia para otros…
Desde un punto de vista, todos estos adelantos harán más fácil la vida y el trabajo para todos nosotros en el futuro próximo, y de hecho muchos adelantos de la computación ya representan una enorme ventaja desde hace años para facilitar y hace más eficiente el trabajo. Desde ese punto de vista, los adelantos tecnológicos son excelentes… pero me gustaría hablar del otro punto de vista:
La “fiebre de la computación” esta tan alta que muchas veces parece que se pierde el enfoque correcto y algunas personas tienden a ver a la automatización como un fin en sí mismo y se olvidan que, al final de cuentas, los adelantos tecnológicos no son más que “herramientas” para poder hacer las tareas más fácilmente.
A lo que me refiero es que, en el campo de la pintura, por ejemplo, la invención del pincel fue algo revolucionario. sin embargo, el pincel nunca es más importante que la obra de arte que con él se pinta, y aunque el pincel facilita el trabajo, lo que continúa haciendo una obra de arte es el genio del pintor, no la excelencia del pincel.
Hace tiempo le preguntaron a un importante escritor por qué no se deshacía de su anticuada máquina de escribir y se compraba una computadora. Su respuesta fue: “¿Escribir en una computadora me va a hacer mejor escritor…?”
Mi médico familiar tiene sobre su escritorio una máquina, para escribir sus recetas, que podría venderse a buen precio en una tienda de antigüedades. Sin embargo, yo prefiero sus consejos médicos, sabios y experimentados, que los de alguien que me ofrezca recetas computarizadas…
Es maravilloso contar con los adelantos técnicos actuales, sin embargo, ojalá y la emoción que causan los micro-chips y los disquetes no llegue a nublar la vista de la gente al grado tal que se pierda la inventiva, el sentido común, la frescura y chispa para hacer las cosas…
Al final de cuentas, una herramienta, por muy moderna y sofisticada que sea, no es más que una herramienta, y lo que importa no es la inteligencia artificial con la que trabajemos, sino aquella inteligencia, sabiduría y experiencia que continuarán siendo exclusivas del ser humano.