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Categoría: Análisis Turístico

• Losfines de semana largos.

• Un pequeño ajuste incrementaría sustancialmente los beneficios.

• Se solicita diputado, senador o secretaria de turismo con ganas de hacer algo bueno para que lleven esta sencilla iniciativa al Congreso:



Las disposiciones que hace algunos años permitieron la implementación de los fines de semana largos en el calendario laboral del país, abrieron la posibilidad a millones de empleados y trabajadores al disfrute de un mayor tiempo de ocio, y por lo tanto se incrementó el potencial de los viajes familiares, de descanso, diversión, y de desarrollo personal. El aumento de los beneficios para el sector turístico fue desde luego positivo, y si no hubiera sido por la lamentable “guerra contra el narco”, millones de familias más podrían gozar de más viajes. En todo caso, y asumiendo y deseando que la violencia parara, podríamos augurar que los fines de semana largo serán cada vez más importantes en la cultura recreacional mexicana, que se ha adaptado muy bien a tener la posibilidad de planear por anticipado actividades de esparcimiento, cultura y turismo, que antes se dificultaban por el hecho de existir incertidumbre en la decisión, casi siempre de último momento, en la que se sabía  “si iban a dar el puente”.
Es evidente que todos ganaron con esta medida: Los asalariados y empleados tienen ahora certidumbre de que contarán con al menos tres días seguidos de asueto durante varias temporadas  del año; los empresarios pueden programar mejor sus actividades generadoras de riqueza y además ver aumentada la productividad, pues está comprobado que los individuos rinden más y se reintegran mejor al trabajo cuando cuentan con periodos suficientes y bien definidos de ocio.
Las sociedades más avanzadas del planeta en materia de derechos sociales, humanismo y bienestar así lo han entendido desde hace mucho, y por ejemplo, Francia tiene en el ocio un poderosísimo dinamizador económico. De hecho, aparte de las vacaciones de verano que pueden ser de tres semanas o más, cuentan los habitantes del país galo con vacaciones en fin de año y además semanas laborales recortadas, en las cuales los fines de semana largos son prácticamente todos.
Sería muy deseable que en México pudiéramos gozar de tales beneficios, pero es obvio que el desempleo, la pobreza y la explosión demográfica, aunados a un pésimo desempeño de los últimos gobiernos en materia económica y social, no permitirían en el mediano plazo seguir ejemplos como el galo.
Lo que si puede hacerse, sin embargo, es una sencilla modificación a los fines de semana largos, que no cuesta prácticamente nada realizar y que supondría, por el contrario, enormes beneficios para el turismo, para la sociedad, para la productividad y para la dinamización económica: Es pertinente proponer y promover las modificaciones legales necesarias para que el día que se agregue al fin de semana para hacerlo largo sea el viernes, y no el lunes como actualmente ocurre. Las ventajas de este pequeño cambio serían considerables:
1.    La estructura recreacional del país está normalmente preparada para trabajar a toda su capacidad desde el jueves, por lo que restaurantes, bares y lugares de entretenimiento generalmente no descansan ese día, en cambio, muchos de esos lugares tienen programado naturalmente el lunes como día de descanso.
2.    La mayoría de los museos, zonas arqueológicas y otros atractivos culturales cierran los lunes, por lo que actualmente se da el sinsentido de que millones de viajeros quedan frustrados en sus expectativas turísticas, pues no pueden aprovechar conocer esos atractivos a pesar de que tienen el día libre.
3.    La estadía y el gasto se incrementarían, pues muchos viajeros buscarían iniciar sus actividades recreativas y su viaje desde la tarde/noche del jueves.
Con un cambio tan simple y tan fácilmente realizable y de sentido común, se ganarían muchos millones de pesos en beneficios y mucha mayor satisfacción para los viajeros, excursionistas y recreacionistas. Es pertinente que la Comisiones de Turismo de las Cámaras de Diputados y de Senadores, o que la propia Secretaría de Turismo dejen de estar tratando de promover más casinos perniciosos, y en vez de eso se aboquen a realizar una modificación buena que por sencilla es doblemente buena.